|
|
Según el diccionario de la RAE (Real Academia de la
Lengua) INEXORABLE - Que no se
puede evitar, eludir o detener. El próximo viernes, si no ocurre nada extraño, completaré 74 años vividos. No
es un año más como dicen la mayoría de las personas, es un año menos para vivir
y me estoy deteniendo para echar una mirada hacia atrás, como para valorar sin
falsas emociones esta ya larga vida mía. Muchas personas pasaron por mi vida en diferentes circunstancias; algunas
se fueron de este mundo, otras se marcharon para diferentes lugares, otras más
desaparecieron de mi entorno sin dejar huella. Con el paso de los años me he
reencontrado con amigos, vecinos y conocidos. Después de veinte, treinta o cincuenta
años nada es igual. A la mayoría los reconocí por algún rasgo característico,
pero entre mayor haya sido el tiempo transcurrido el cambio físico ha sido más
destacado y, casi en todos, no fue para mejorar, ni tan siquiera permanecer
parecidos a mis recuerdos. El tiempo no perdona, dice un dicho popular, es inexorable y todos
padecemos de este juez que por igual juzga y condena a ricos y pobres, hombres
y mujeres sin distingo de raza, religión o ideología. Yo me considero
privilegiado por llegar a este momento con salud y ver a muchísimos colegas,
compañeros, amigos y familiares agobiados por alguna dolencia o enfermedad. Me
asombra y acongoja ver o saber de ellos en silla de ruedas, con oxigeno permanente, postrados en cama, con limitaciones de
movilidad. Yo soy un bendecido por la naturaleza y un poder superior que me
tiene sin dolencias y la cabeza clara. Sé que puedo irme de este mundo en cualquier momento, que lo único cierto
es este minuto en que estoy escribiendo, porque nadie escapa a la muerte, es
una verdad tan inexorable como el tiempo. Estoy preparado, cuando llegue me iré
con ella, no le temo, al dolor si y pido a ese ser superior que muchos llaman
Dios, que me permita acostarme a dormir y no me despierte, como ha ocurrido con
varios seres de mi familia, ojalá sea genético. Por ahora, disfruto de mis años a mi manera, el cuerpo ha sufrido un
desgaste natural como es lógico, ya hay actividades que no puedo realizar y eso
me hace sentir un poco preocupado, pero no requiero de ayuda para ninguna actividad
normal. Se dice que la vejez está es en el corazón y eso es mentira, hago
diferentes actividades como viajar, caminar, pintar, tallar la madera, leer y
escribir, entre otras, pero el deterioro de algunos órganos está presente y el
cansancio físico y mental es más frecuente que hace unos años. No me digo
mentiras, no puedo decir que soy un joven de más de setenta años. Pero si
conozco viejos de treinta porque quieren sentirse ancianos. Y soy un anciano
saludable pero no joven. |
|
|