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La
obra está inspirada en la vida de Iván Ilitch, aunque sobre todo,
nos narra la etapa final; es decir, su muerte. Iván Ilitch es una persona que ocupa una posición
destacada como miembro del Tribunal Supremo. Nació en el seno de una familia
acomodada y desde pequeño basó toda su vida en “como
ésta debía ser”. Estudió derecho y siempre
cumplió con todas sus obligaciones, siempre pensaba en la rectitud y en
llevar una vida disciplinada. Fue escalando posiciones hasta llegar a
convertirse en un juez importante. En un momento dado de su “recta”
vida, decide casarse tal y como debía ser. Su
vida fue feliz durante un corto periodo de tiempo. Su vida iba “tal y
como debía ser”. Pero esto cambió rápidamente.
Su mujer se volvió agria y no paraba de echarle broncas. Se mostraba
irritada por cualquier cosa. Entonces él decidió volcarse en el
trabajo, y así fue escalando posiciones hasta que sufrió un
revés al no ser ascendido. Entonces, encolerizó y decidió
marcharse solo a otra ciudad para conseguir ese puesto y que posteriormente se
reunieran su mujer y sus hijos con él. En esa ciudad, consiguió
su propósito y decidió comprar una cosa al estilo que el
creía que debía ser una casa (muebles clásicos, grandes
cortinas, lámparas grandiosas...). Él quería que su mujer,
al ver la casa, se sintiera orgullosa de su esfuerzo y de su logro. Un
día, cuando ultimaba los detalles de la casa, colgando unas cortinas,
cayó golpeándose el costado. El dolor fue tremendo, aunque pasado un tiempo, no le dio ninguna
importancia. Una vez instalados en su
nueva casa, creyó que su vida estaba reconducida, pero el dolor en el
costado no desaparecía. Pasó el tiempo y el dolor aumentaba. Su
mujer le echaba la culpa por no ir al médico y no cuidarse. Poco a poco
fue enfermando y visitó a varios médicos, cada uno con
dictámenes y soluciones diferentes. Es aquí cuando él
empieza a pensar en el significado de su vida y descubre la mentira que
ha llevado a cabo a lo largo de su existencia (su mujer, su trabajo, los
médicos, sus amigos, la rectitud y el “cómo debía
ser su vida”). Ivan Ilitch, ya enfermo y
en cama, y con unos dolores que le atormentaban, es cuando comienza a sentirse
totalmente abandonado y desprotegido. En la agonía de su muerte y
con unos dolores tremendos (quizá no sólo físicos sino los
más terribles de todos: los dolores del alma), conoce a un criado suyo
en el que descubre una humanidad desconocida para él hasta entonces. Hasta el final, la
mentira de su vida le persigue. Sus últimos días tan
sólo grita de dolor. Al final, oye como alguien dice: “Todo ha
terminado, ha muerto” y es entonces cuando toma aire, inspira por
última vez, se pone rígido y entonces muere. “La muerte de Iván
Illitch” me parece una muestra muy real de los sentimientos de las
personas, ya sean de la época en que está escrito el libro como
en el mundo de hoy en día. El sentimiento de soledad y abandono
es algo inherente al ser humano durante un proceso de enfermedad si éste no es
comprendido por los que le rodean. Aún más si se da cuenta que
sus allegados sienten fastidio cuando lo tienen cerca. Iván Illitch sabe
que la muerte le ronda, y es como si supiera que la ha tenido cerca
desde que nació. Siente la necesidad de que alguien le diga la verdad,
comparta con él lo que ya sabe, comprenda su dolor y
desesperación, y le acompañe en su agonía. A Iván
Illitch nadie le pregunta qué le pasa, nadie realiza empatía con
él o ésta es falsa. Hay una total falta de comunicación y
descoordinación, que se hace obvia en la comunicación no verbal. El criado, con el que Iván Illitch se
encariña, siente esa comprensión que él necesita. No forma
parte de la mentira que le rodea. Empieza a pensar que su vida no ha sido como
debería ser. Cada época
histórica conlleva una forma diferente de ser y actuar “como se
debe” más o menos establecida. No se trata de leyes ni de
creencias, es más bien una norma social que hace “triunfar”
a los que acatan ese “como debe ser” por encima de los que, salvo
excepciones, tienen un pensamiento más crítico. Tolstoi muestra a
la perfección en esta historia la forma en que puede afectarle esta
norma social a una persona determinada que ha elegido aceptarla. En mi
opinión, no es la enfermedad la que le destruye, sino ese “como
debe ser”, el que previamente no le ha dejado existir. Muestra a un
personaje, que parece haber conseguido todo lo que él deseaba, sin
embargo, al llegar el momento de morir, todo lo ve desde una perspectiva
diferente. Es como si todo lo vivido, todo lo que ha conseguido se quedara en
nada cuando se acerca el momento de la muerte. |
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