China: “Cada día”- Poema de la enfermera Weishuiyin
Washington Daniel Gorosito Pérez


La enfermera- poetisa,  Long Qiaoling, cuyo nombre literario es WeiShuiyin; desde que el Gobierno de la República Popular China solicitóprofesionales de la salud voluntarios para trabajar en Wuhan, epicentro de la epidemia del coronavirus Covid -19, inmeditamente se ofreció.

Su centro de trabajo habitual es el Hospital Popular del Condado de Shanda, ubicado en la provincia de Gansu a más de mil kilómetros de la “zona cero” de la pandemia, donde desde el momento de su arribo ha estado en la primera línea de prevención y control junto con sus colegas y le ha quitado minutos a su escaso tiempo de descanso para transmitirnos este poema:

 

CADA DÍA

Neblina, cortina de lluvia.

Cinco días, húmedos y deprimentes.

Frío y crueldad, lágrimas y heridas.

Estas palabras aburridas y turbias.

Cuánto espero que te mantengas alejado.

En la casa de huéspedes en autoaislamiento.

Sin tiempo, sin días.

Sin sonido ni aire.

Material de escritura, consulta psicológica.

Coloca cien corazones temerosos en cada palma.

El temblor, el miedo, el llanto y la desesperación.

Tíralo a la basura con las personas envenenadas.

Cuarto individual.

Dividido en un área contaminada y un área limpia.

Lávate las manos, lávate las manos. Máscara, máscara.

Obligado a corregir todos los malos hábitos.

Ya todos saben que un murciélago es responsable del veneno.

Y llamar al crimen envenenamiento es describirlo a la ligera.

El veneno de hace diecisiete años todavía está fresco en mi memoria.

Hoy es una copia de carbón de ayer.

Pero el veneno no es el veneno de ayer.

Los caprichos de la gente se convirtieron en astucia.

El rápido contagio es fruto de sus caprichos.

Muy tarde en la noche, lo que más quiero.

Es dar a esos murciélagos escondidos en sus cuevas.

Armaduras de acero que ponerse.

Grabadas con los dos caracteres de “Wuhan”.

Deja todos los bisturís sin mango.

Deja que todos los dientes se queden sin morder.