El príncipe con alas de cristal
Daniela Fernández-Cuevas Molina



Aquel principito nunca dejaba de estirar aquellas alas que aparentaba utilizar, pero en realidad solo es un señuelo para demostrar que es fuerte y puede con los demás, aquellas lagrimas que dice que nunca ha conocido jamás, en realidad se las traga y se ahoga con tanta sal, provocadas por esa alas que en realidad son de cristal, un cristal frágil y que cuando se rompe es difícil de tolerar, que te desgarra las entrañas porque hace el amago de escapar, de ser libre, de poder volar, aquel príncipe se había hecho su propia jaula imaginaria donde encerraba a ese pajarito llamado pesar, que con el paso del tiempo aquel pajarillo ya no pudo volar.