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Este es un clásico que nunca pasará de moda. Y como
hace pensar, os recomiendo el libro si no lo habéis leído una vez terminada la
trivialidad del verano. Magnífico el capítulo que dedica a cómo tiene que ser
la mente del artista, ni masculina ni femenina sino hermafrodita. Se adelantó a
su tiempo no solo en lo literario, sino en lo psicológico, en igualdad y en
todo. Un abrazo a Virginia, esté donde esté, por todos los regalos que nos ha
hecho a la humanidad. De
este no os voy a dar referencias porque lo podéis encontrar con mucha facilidad
en la red. ¡Cuidado con las traducciones! La sheriff literaria |
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