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Mi querida madre QEPD
tenía dichos y refranes para cada ocasión, algunos son parte del refranero
popular, pero otros sólo se los escuché a ella y no los he vuelto a oír: -
Los
niños tienen ojos abiertos a los ejemplos y oídos cerrados a los consejos.
Cuando en su trajinar de profesora de primaria escuchaba quejas de padres de
familia sobre el comportamiento de sus niños. -
¿Usted
es casado o es feliz? Les preguntaba a los amigos que le presentábamos. -
Evita
la discusión, aunque te sobre razón. Esto sí que me ha servido ahora cuando la
política ha dividido hasta a las familias porque hay miembros de distinto
partido, aplica también para los equipos de fútbol. -
No
serás más porque te alaben, ni menos porque te vituperen. En la juventud uno
con frecuencia se siente ofendido por algunos comentarios y se amarga la vida
sin razón. -
Hay
amigos en la puerta cuando hay frutos en la huerta. Siempre vivimos en casas
muy grandes con solar donde teníamos árboles frutales y cultivábamos
hortalizas. Con el tiempo la analogía se ha cumplido en mi vida. Tuve épocas de
crisis y los amigos desaparecieron; después, en mi auge económico aparecieron
como por arte de magia a pedir favores. -
Al
bagazo poco caso y al cagajón poca atención. Refiriéndose a esos impertinentes
que quieren entrometerse en la vida de uno o en una conversación importante. -
El
envidioso sufre todo el año más el ajeno bien que el propio daño. Son muchas más las
expresiones que usó mi madre y que hoy estoy recordando porque caben en mi vida
cotidiana. |
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