Ya mis amigos se fueron casi todos
Edgar Tarazona Angel


Ya en el séptimo piso de la vida más un año, o sea 71, echo miradas atrás y no puedo decir que todo tiempo pasado fue mejor, sólo fue distinto, para bien o para mal todo ha cambiado y seguirá cambiando; recorro los sitios donde vivimos con mis padres y hermanos y, en algunos pueblos, ya no queda nada del ayer lejano. Estoy haciendo un inventario mental y fotográfico para guardar esos lugares a los que, con seguridad, ya no regresaré.

Y no son únicamente las casas, las calles, los caminos, también son las personas; pregunto por mis amigos y compañeros de juegos y de colegios y ya nadie da razón, los pocos que me encuentro se ven más viejos que yo, la mayoría no me reconocen, pero sonríen cuando empiezo a enumerar anécdotas de ese pasado compartido. Unos salieron de los pueblos o pequeñas ciudades donde pasaron mis años, otros murieron en diferentes años y circunstancias y de la mayoría nadie sabe que pasó.

Una canción de José Feliciano me inspiró este artículo; “ya mis amigos se fueron casi todos, los otros partirán después que yo…”, es la ley de la vida; todos sabemos donde nacimos y donde crecimos y como transcurrió nuestra existencia en este mundo, pero nadie sabe cuando le toca el turno de partir. Supe de compañeros con muertes tristes por una enfermedad o un accidente, otros abandonados en ancianatos, que ahora llaman casas de la tercera edad y unos pocos en la calle pidiendo limosnas para sobrevivir.

Por razones que desconozco tengo salud y una apariencia de diez o doce años menor, hoy, por Facebook me preguntan cual es el secreto y no se responder; puede ser herencia genética (mi abuelo vivió 105 años y otras personas de la familia llegaron a los cien). No puedo decir que es por mi alimentación o una vida ordenada, al contrario, fumé y bebí demasiado y cuando sentí que el daño era muy grande paré de fumar y años más tarde de beber licores.

Hoy quiero decirles adiós a los muchachos (canción de Daniel Santos) que ya se fueron de la vida, saludar a los que permanecen vivos, pero desconozco su paradero y agradecer a todas las personas que me siguen acompañando en este transito por los caminos de la vida, hoy 27 de agosto de 2019, doy gracias a Dios, como yo lo concibo, por todo el tiempo vivido y los días o años que me preste por vivir. Gracias, muchas gracias a mis lectores, a mi amiga Raquel, que me abrió las puertas su querida revista Creatora hace varios años. Soy feliz por todo lo que tengo, sobre todo por mi familia. Abrazos.

Edgar Tarazona Angel