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Todas las noches se acostaba con su perro
consentido, él en la posición normal y el animalito a sus pies sobre las
cobijas, cuando estaba muy frio el ambiente lo dejaba meter bajo las frazadas
junto a él y dormía abrazado al animal.
Una noche soñó que se levantaba al baño y
luego pasaba a la cocina donde escogió el cuchillo más afilado; en medio del
sueño se vio a si mismo acercarse a la cama y apuñalar a su mascota repetidas
veces hasta causarle la muerte, después retornó al sueño plácidamente hasta el
otro día.
Despertó con una rara sensación en la mente
y en el cuerpo, sintió el calor de su perrito debajo de las mantas y humedad
pegajosa en las piernas; al destaparse dio un grito de horror que luego se le
atragantó y quedó mudo, casi sin poder respirar… su amado compañero, su querida
mascota estaba sin vida en un charco de sangre y en su cuerpo se notaban las
heridas de arma blanca.
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