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Esta costumbre de darle a la gente un mote,
alias, sobrenombre o apodo no es nueva ni exclusiva de un país concreto;
pertenece al legado de la humanidad y a todas las épocas históricas. Buscar las
razones sería dispendioso y no pretendo agotar el tema, de manera que dejo a
los reyes, príncipes, santos, héroes y demás de la historia universal quietos y
me dedico a los apodos comunes y corrientes que recorren en la actualidad la
geografía de nuestros países latinoamericanos.
También dejo por fuera a los famosos: “La
pulga” Messi, Pelé (Edson Arantes do Nascimento); oigan, a propósito, ¿si
sabían que los futbolistas brasileños son los únicos en los campeonatos
mundiales que no son llamados por sus nombres sino por sus apodos?
Cabe anotar que en los apodos se utilizan
apocopes, síncopes y cuanta licencia poética existe en la lengua española; doy
como ejemplos: “Carepapa”, “Culichupao”, “Chupadeo”, “Jetecandao”, por Cara de
papa, Culo chupado, Chupa dedo, Jeta de candado. Entonces, en su corrector de
ortografía, este artículo aparecerá lleno de horrores ortográficos. Pero es que
las palabras correspondientes bien escritas le quitan el sabor autóctono a los
motes.
Un apodo nace de una semejanza, de una
equivocación, de un compromiso, de un defecto o, escúchenlo bien, son
heredados. Se sabe de alias que pasaron de generación en generación y de una
persona a toda la familia. En algunos casos el apodo cambio de género, por
ejemplo en mi pueblo a una mujer que le decían “La Racha” le cedió el
apodo a su descendencia y a sus hijos y nietos los apodan “Los Rachos”. En otro
pueblo de mis amores a cierto seños lo motejaron “El Diablo” y por derecha a
toda su descendencia, así que hay diablos y diablas en la familia Chaparro.
Al final del artículo encontrarán un
listado amplio de apodos curiosos y malintencionados con la debida explicación,
como abrebocas van dos ejemplos:
•
“Carpa de circo”: así le dicen porque la clavan en cualquier potrero.
•
“Vaso de agua”: porque no se le niega a nadie.
Hay gremios de gremios y entre la comunidad
dedicada a los carros (choferes, mecánicos, ayudantes, etc.), abundan las
personas que olvidan sus nombres propios y sólo responden al mote que les
acomodaron sus compañeros:
Hay sobrenombres para todos los gustos y se
pueden clasificar en varias categorías.
•
Aficiones: según el gusto del personaje le acomodan su alias, veamos, sin
explicaciones: “El ciclista”, “Patinador”, “Futbolito”, “Fan estrella”, “Todos
los domingos”…
•
Animales: pienso que en este renglón están la mayoría de motes y se dan por el
parecido físico de la víctima o por alguna similitud de actitud, movimientos,
defectos o cualidades. Encontramos “Gato”, “Burro”, “Caballo” en todas las
latitudes, no es sino escuchar una transmisión de un partido de fútbol para
comprobarlo pero, no es exclusivo del deporte ni de los mamíferos; abundan las
“Pulgas” por el tamaño de la persona, “Sapo”, “Caimán”, “Babosa”, “Alacrán”,
“Culebra” y hasta “Microbio”.
•
Antítesis: apodos por lo general cariñosos que utilizan los enamorados; el
novio a su novia rubia le llama “Negrita” y ella a su gordo le dice “Flaco”.
Igual son comunes: “Chiquita”, “Peludo” (un novio calvo). De la misma manera se
le moteja de “El Lindo” a un tipo monstruoso, “Sonrisal” a uno bien agrio,
“Insomnio” a una persona que se la pasa durmiendo y de la misma manera le dicen
“Morfeo” a uno que casi no duerme.
•
Cualidades. Se pueden convertir en defectos por causa de querer decir lo
contrario de lo que expresa el apodo como “El Caritativo” es un desgraciado que
no da limosna no socorre a nadie; “Pasolento” le decían en Mosquera a un
loquito que andaba de afán a toda hora, “Belleza” a un feo de marca mayor, lo
mismo “Lindura”, “Cosarica”, “Besolimpio”…
•
Defectos: es por el estilo de la clasificación anterior pero basada en defectos
muy visibles: “Patepalo”, “Tuerto”, “Medio beso” (a uno con labio leporino),
“Pocos ojos” (de esos que tienen los ojos semi cerrados como los
japoneses), “Mucha plata” a un pobre infeliz, “Pecado mortal” a una
muchacha muy fea…
•
Familiares. En cada familia se utilizan motes cariñosos ´para nombrar algunos
de sus integrantes. Algunas de estas palabras se consagraron en el léxico
corriente y reciben el nombre de hipocorísticos, veamos una lista incompleta:
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Memo: para Guillermo
-
Pipe para Felipe
-
Quico para Federico
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Chela para Graciela
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Chepa para Josefa
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Lucho para Luis
-
Concha para Concepción
La lista es interminable y, para fortuna de
algunas de esas personas, el hipocorístico los salva de cosas peores, qué si no
estos de muestra:
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Encarna para Encarnación
-
Diosa para Dioselina
-
Pura para Purificación
-
Viges para Eduviges
•
Lugares
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Oficios: no son apodos muy sonoros ni espectaculares pero si definen a muchas
personas: “Zapatero”, “Carpintero”, “Chatarrero”, “Panadero”, etc.
•
Personajes: por sus aficiones, gustos o parecidos, reciben el nombre de algún
personaje de la historia, la literatura, el cine, etc.: “Tarzán”,
“Supermán”, “Napoleón”, “Cochise”, etc.
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Profesiones: “Doctor”, “Científico loco”, “Matemático”, etc
•
Símiles: el mote se acomoda por alguna característica que la víctima tiene con
algún ser vivo o alguna cosa:
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“Carevaca”
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“Culoetonta”
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“Cuatrolámparas”, por el uso de anteojos.
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“Careplatón”
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“Matasuegras”
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“Patecumbia”
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“Trompiliso” |
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