La muerte de Iván Ilich (León Tolstoi)
Telmo Ródenas Cobo


Me ha impresionado la lectura de este libro. Lo empecé básicamente porque el autor es ruso y bueno, sin más referencias. Siempre escriben de las cosas que más me interesan. Lo acabé ese mismo día, por dos motivos: me gustaba mucho, pero también me agobiaba y prefería pasar rápido el trago. Trata los últimos días de vida de un funcionario acomodado, cuando se le cae su castillo de naipes y ve la muerte como algo irremisible. Todo lo que le pasa por la cabeza, que no es poco, ni fácil de asimilar. Dicen que al autor le sucedió algo parecido en su lecho de muerte. Esa coincidencia me hace pensar que este relato lo escribió desde la agonía, como creo necesario que hay que leerlo, quizá en poco tiempo, de hecho no son muchas páginas.

Iván Ilich es un tipo que ha conseguido para sí mismo lo que quería. Eso es al menos lo que piensa. Estudia lo que hace falta para labrarse un buen futuro, consigue un buen trabajo relacionado con la justicia, al que dedica la mayor parte del tiempo, cuida sus amistades, y se casa con una mujer de buena familia. Todo es correcto en él. No tiene malos sentimientos, pero es más bien práctico y siempre sabe adecuarse a las circunstancias: si su mujer está irritable, pasa más tiempo trabajando, o se va a jugar a las cartas con los amigos. Que mejora su humor, se va antes a casa. Cuando toca juzgar a alguien, lo hace de manera intachable, pero no mezcla sentimientos.

Un día tiene un absurdo incidente doméstico que al principio no parece importante. Con el tiempo se convierte en un dolor molesto. Preocupado, va de médico en médico. No le dan respuestas claras, ni coincidentes. Comienza a sentirse cada vez peor, y piensa que la gente que le rodea no se preocupa por él como debiera. Esto le provoca mucha turbación, y le hace pensar en el comportamiento de las personas, también en el suyo a lo largo de su existencia. Sólo encuentra consuelo en el criado de la casa, un muchacho que parece realmente volcado en conseguir que se sienta mejor. Iván comienza a odiar a su propia mujer y a su hija, que tienen una actitud algo superficial. Y a darle vueltas a su vida, que ahora no le parece tan acorde a sus deseos. Finalmente, sabedor de que los médicos rehúsan decirle la verdad, y que esa no es otra que va a morir en poco tiempo, piensa en la muerte como continuación de la vida, en un paso irremediable, que no pensó nunca que le tocaría a él, y que ahora se le aparece tan cerca. Tiene verdadero terror a ese instante, que sin embargo pasa como uno más.

La muerte como argumento. El momento maldito, final. Cuando el futuro desaparece y sólo puedes mirar atrás. Un texto que estremece.