Heraldos de la luz (Víctor Conde)
Víctor M. Yeste



Creatora ya cuenta con la crítica de "Los heraldos de la luz", el nuevo libro de Víctor Conde que, además, cuenta con un prólogo escrito por José Antonio Cotrina ("La cosecha de samhein") y una cubierta de la conocida fotógrafa Rebecca Saray.


Víctor Conde, nacido el 1973 en Santa Cruz de Tenerife es el reciente ganador del premio internacional Minotauro de literatura fantástica. Sus últimas dos novelas han contado con el favor de crítica y púbico, pero es con "Los heraldos de la luz" con el que comienza un ambicioso y gran proyecto orientado al público juvenil.


"Los heraldos de la luz" no es más que el primer volúmen de lo que será una trilogía con el nombre de "Heraldos". Os dejó la ficha técnica de la obra y, bajo ésta, la crítica:


Ficha Técnica:

Páginas: 320

Fecha de edición: 18 de octubre de 2010

Autor: Víctor Conde

Prólogo: José Antonio Cotrina

Imagen de la cubierta: Rebeca Saray

Editorial: Hidra

Colección/Saga: "Heraldos"

Encuadernación: Rústica con solapas.

Formato: 14 x 21 cm.

Precio: 17€

ISBN: 978-84-929391-7-6


Sinopsis:

Tras la victoria de Lucifer, tres jóvenes elegidos viven sin ser conscientes de su auténtico destino. Tanya compite en un concurso de talentos para demostrar que tras su look de Lolita hay un cociente intelectual muy superior a la media. Erik trabaja como doble en las escenas más arriesgadas de una película de acción. Y Mauro, es un scene inadaptado.


De forma inesperada, los tres conocerán a una misteriosa joven que huye de unos enemigos terribles. A raíz de este encuentro, descubrirán que en sus manos poseen la clave que podría decidir la lucha ancestral entre la luz y la oscuridad.

 

Espectacular revisión de la mitología sobre ángeles y demonios, Heraldos de la Luz sorprenderá a quienes se atrevan a asomarse a sus páginas para descubrir los secretos de la batalla que ha dado forma a la humanidad.


Crítica:

“Heraldos de la luz” es el nombre de la primera entrega de la saga “Heraldos”, una trilogía de género fantástico juvenil escrita por Víctor Conde, el reciente ganador del Premio Internacional Minotauro de literatura fantástica.


Las mejores palabras que se ajustan a este libro, que tan amablemente me ha enviado la Editorial Hidra para que reseñe, es que es un soplo de aire fresco a un mercado juvenil cada vez más plagado por una fantasía dada a los tópicos y a seguir un camino fijo e inalterable; sin mencionar ciertas sagas cuya calidad es inversamente proporcional al éxito que han obtenido.


Pero no, Víctor Conde coge al toro por los cuernos y le da la vuelta. Y todo con la fuerza de una pluma. No hay más que ver la sinopsis de la obra: tres jóvenes deberán aceptar su destino y salvar al mundo de una destrucción inminente. Esto, junto con una guerra entre ángeles y demonios, nos muestra a simple vista la típica historia de jóvenes en medio de una guerra ancestral entre el bien y el mal, entre el Cielo y el Infierno.


Pero no. Nada más lejos de la realidad.


Tanya es una Lolita superdotada, Erik un doble de escenas arriesgadas en películas de acción y Mauro un scene inadaptado. Todos pertenecen a un grupo urbano muy distintivo, salvo quizá Erik, y el autor se centra sobre todo en desarrollar a esos personajes tan distintos entre sí, pero con un futuro tan parecido.


Esto, he de admitir, en un principio puede resultar chocante para el lector. Como he mencionado anteriormente, los ávidos consumidores de la fantasía actual estamos habituados al camino del héroe, a unos guiones bastante específicos que se repiten una y otra vez. Pero Conde sabe alejarse de todo lo que ha existido antes y crea su propio estilo: da una importancia insólita a la repercusión que le dan los jóvenes a los términos sociales, a las etiquetas y, en suma, al qué dirán.



Y eso es lo que se les escapa a la mayoría de los libros. Que los adolescentes se clasifican en clases urbanas y dan muchísima importancia a todos estos asuntos, y lo transmite muy bien sin dejarse llevar por los convencionalismos.


Séfora es el ángel enviado por el Cielo para salvar a los elegidos y entrenarlos para lo que está por venir, y tampoco sigue la descripción acostumbrada de estos seres. Bebe, fuma y cada vez que desciende al mundo mortal adquiere un vicio distinto.


Séfora primero tratará de rescatar a Tanya y, con ello, conoceremos el fondo de la joven y los motivos que le llevan a querer ser una Lolita. Luego irá a por Erik, y una vez más nos internaremos en la mente de uno de los protagonistas. Finalmente, aparecerá Mauro, y una vez reunido el trío, comienza la verdadera acción.


Pero otro de los detalles más curiosos de esta obra es que se esfuerza en repartir el protagonismo entre Tanya, Erik y Mauro, alternándolo siempre que es necesario con la del ángel. Esto nos ayuda a comprender mejor personalidades tan distintas, y nos fuerza a ver los acontecimientos desde una perspectiva plural.


Por supuesto, las huestes del Infierno no se quedarán de brazos cruzados y acudirán para impedir la misión de Séfora. Pero Conde no muestra todas sus cartas en el primer libro y nos enseña muy poco de las unidades de ambos bandos, aunque es interesante la visión de Tanya del Cielo y la de Erik del Infierno.


De hecho, llama mucho la atención la descripción de Conde del Infierno: pues éste no es más que el gigantesco anterior cuerpo de Lucifer, antes de que se viera relegado a un tamaño menor para poder confraternizar con sus seguidores más fieles.


Pero todavía no me he acercado a arañar la superficie de lo que promete “Heraldos de la luz”. Con una literatura fácil y que engancha mucho, consigue que el lector se embriague de cada una de las letras y quiera averiguar más. Saber más sobre el contexto espiritual y argumental de la obra.


Y todo eso sin desvelar ni una ínfima parte de lo que podría. Asegurando unas secuelas mucho mejores, pues ésta tiene cierto aire de presentación y de poner a cada personaje en su lugar. El único defecto de la obra es precisamente eso: que al tratar de que el lector profundice mucho en los protagonistas, a veces también consigue romper con el ritmo de la acción.


Esto apenas resulta una traba, de hecho casi ni se nota, salvo en el fragmento final, donde, en mitad de una batalla espectacular y muy emocionante, cada uno de los protagonistas se ve envuelto en un sueño que prueba que son merecedores de los dones que van a obtener. Esto enfría el ritmo apasionante que había adquirido en la parte final, para luego retomarlo con la esperanza de que esa intensidad no haya disminuido.


En suma, “Heraldos de la luz” es un libro muy recomendable para cualquier joven que quiera leer un buen libro que no sea demasiado complicado, pero que al mismo tiempo tienga mucho fondo. Un libro que marca las pautas de otros mucho mejores. Un libro que, afortunadamente, renueva el género de la fantasía a muchos niveles y que refleja el mundo tal y como es.


Resulta paradójico que la fantasía sea capaz de, al mismo tiempo, ofrecernos un espejo muy claro de la realidad. Pero nada escapa a los ojos del autor, Víctor Conde, uno de los mejores escritores de fantasía que hay en España en la actualidad.


Calificación: 3 estrellas