FICHA TÉCNICA
-Título: Harry
Potter y las reliquias de la muerte: Parte I
-Título original: Harry
Potter and the Deathly Hallows: Part I
-Dirección: David
Yates
-País: El
Reino Unido, Estados Unidos
-Año: 2010
-Duración: 145
min.
-Género: Aventuras,
Intriga, Fantástico
-Reparto: Jamie
Campbell Bower, Ralph Fiennes, Emma Watson, Daniel Radcliffe, Helena Bonham
Carter, Alan Rickman, Bill Nighy, Michael Gambon, Rhys Ifans, Bonnie Wright
-Guión: Steve
Kloves
-Distribuidora: Warner
Bros. Pictures
-Productora: Warner
Bros. Pictures, Heyday Films
-Estreno España: 19
Noviembre 2010
CRÍTICA
“Harry Potter y las Reliquias de la Muerte: Parte I”:
el principio del, por ahora supuesto, fin de la saga del joven mago. Muchos
hablan de épico, otros de acción sin descanso y e incluso algunos
van más allá y la describen como la mejor película de la
saga.
Nada más lejos de la realidad. No me malinterpretéis, pero bajo el
punto de vista de un emocionado fan de Harry Potter, la película resulta
una adaptación muy fiel con algunos pequeños “peros”.
Sin embargo, si nos ponemos en el papel de un crítico avispado y
neutral, la séptima película de Harry Potter ha adolecido de decisiones,
en mi opinión, equivocadas, sobretodo en guión y banda sonora.
No quiero decir que sea la peor de la saga, ni muchísimo menos. De hecho
es de las mejores. Todavía recuerdo el fiasco que me pareció
“Harry Potter y la Cámara Secreta” cuando la vi, y eso que
no tenía la edad y, por tanto, el punto de vista crítico para
valorarla como se merecía. “Las Reliquias de la Muerte” es
una película que no aporta mucho, y que no innova en casi nada, pero eso
se debe sobre todo a que se trata de una producción inconclusa, que nos
deja con ganas de mucho más y que, eso sí, es fiel hasta en lo
malo en casi toda la obra original de J.
K. Rowling.
Pero no nos adelantemos y vayamos por partes.
Fotografía, paisajes, decorados y efectos visuales
La labor del director español de fotografía Eduardo Serra es, sin duda, admirable. Consigue
retratar a la perfección la época de oscuridad que se cierne
sobre el mundo mágico con la muerte de Albus Dumbledore. Lord Voldemort
no tarda en hacerse con el poder del Ministerio y, con ello, todos los descendientes
de muggles corren un grave peligro.
Esto se muestra muy bien con tonos oscuros, cielos cubiertos
de nubarrones y la casi total desaparición del Sol en la mayoría
de los minutos. El Valle de Godric está totalmente nevado, el resto de
escenas casi siempre transcurren por la noche e incluso la escena en la que se
despide Hermione de sus padres está teñida de la
iluminación de un día nublado, quizá provocado a posta en
post-producción.
Se usaron muchos paisajes, como suele ser habitual en Harry
Potter, de Escocia (para las escenas de la tienda de campaña) y Gales
(la escena final de la cabaña junto al mar), mientras que las del
Ministerio de Magia fueron en Whitehall, Londres, y la de los 7 Potters en
Kent. Elecciones, todas ellas, perfectas, ajustándose siempre a lo descrito
por la autora.
Los decorados también muestran el tono
melancólico y negro del filme. A Grimmauld Place ya la habíamos
visto en anteriores entregas, pero sí vemos una Mansión Malfoy a
la altura de las expectativas de cualquier fan, salvo por la desaparición
de cualquier tipo de decoración que indique que la mansión
está habitada por una familia. Parece que los productores tomaron la
decisión de hacerla lo más fría posible, para no distraer
del hecho de que es el cuartel general de Lord Voldemort.
Por último, en esta película se ha podido
apreciar una notable mejoría en efectos especiales y visuales de todo
tipo, con un CGI espectacular. Incluso Dobby parece
diferente del que vimos en la segunda película, mucho mejor
diseñado y con unos movimientos más reales. Kreacher tampoco es
una excepción, a pesar de que es totalmente diferente a nuestro otro
pequeño amigo.
La escena de los 7 Potters, sin duda la más visual de la
película, es genial, aunque sigue dándome rabia que tengan que
verse forzados a continuar con la tradición (desde la Orden del Fénix)
de que los mortífagos pueden volar como si nada. No sólo le quita
seriedad al asunto de las escobas sino que también le arrebata el
sobrecogimiento que da ver a Lord Voldemort volando cerca de ti intentando
matarte. Se supone que sólo él puede volar sin ningún otro
medio mágico.
Lo mejor de esta sección es, sin lugar a dudas, la
escena en la que se narra el cuento de las Reliquias de la Muerte. Con una
animación excepcional con ciertos toques chinos, no sólo
sorprendieron a toda la audiencia sino que estoy seguro de que oí
más de un aplauso entre las gradas. Nunca hubiera imaginado que
podrían incluir un corto de animación tan sublime, con un marcado
estilo “Tim Burton” que hizo las delicias entre todo tipo de espectadores.
Por último, es remarcable mencionar que la excelente
conversión de la mitad de la familia Weasley, Hermione y
compañía en dobles de Harry Potter se realizó con 29
cámaras diferentes y usando el escáner
facial VFX MOVA. Pero sobre esto hablaré a continuación.
Guión y escenas
En está fracción de la producción se alojan la
mayoría delos agujeros negros. Es cierto que el filme es muy fiel a
la novela original, algo que se ha podido permitir Yates debido a que
disponía del doble de tiempo. Sin embargo, en vez de utilizarlo
bien, se ha dejado llevar por su afán de adaptar hasta lo malo del
libro aunque, eso sí, añadiendo algunas cosas de su
invención y su disfrute.
Y digo “su” disfrute porque pocos aparte de él mismo
habrán estado de acuerdo con los minutos inventados que
incluyó. De ellos, la escena en la que Harry baila con Hermione para
alegrarla es la más llamativa y controvertida. Está claro que
en la entrega se ha apostado por dar más énfasis al enfado de
Ron debido a unos celos del todo justificados de que hay algo que se
está gestando entre Harry y Hermione.
Es indiscutible la comparación que podemos hacer entre la
fría y sosa escena en la que Harry y Ginny se besan y la escena muy
romántica del baile de Harry y Hermione, o cuando ésta le
corta el pelo, o cuando opina que no debería pedirle que le corte el
pelo más.
Es apostar a lo fácil. Es ser infieles en algo
que muchos fans consideraban muy importante. Y lo dice alguien que hasta
que se leyó el sexto libro siempre prefirió que fuera
Hermione quien consiguiera el corazón de Harry, y no Ginny.
SPOILER (no seguir leyendo si no has visto la película) Cabe también mencionar
que nadie sabe cómo pretenden explicar cómo sabía
Snape dónde se encontraba el trío para mandarles el Patronus
y darles la espada de Gryffindor. Se supone que Hermione cogió el
cuadro de Phineas Niguellus y Snape podía oír sus
conversaciones a través del odioso ex-director de Hogwarts. No
obstante, Hermione no cogió el cuadro ni, ya que estamos, tampoco
vimos el fragmento de la carta de Lily a Sirius, ni la foto rota por la
mitad que luego supimos que había cogido Snape entre
lágrimas. Fin SPOILER
Como detalle final en los contras de la producción, hay que
señalar que, pese a que se disponía de 5 horas de metraje, no
se molestaron en añadir ni una breve introducción o resumen
de las películas anteriores. Cualquier persona que no fuera muy fan
de la saga no se acordaría de los detalles más ínfimos
de las películas o los libros anteriores… y eso teniendo en
cuenta que las hubiera visto.
Sin embargo, tampoco creáis que tiene un
guión penoso. Ya os he contado lo malo, pero todavía faltan
los puntos a favor. Dejando de lado escenas del libro como la
trasformación de Kreacher y el despido de Dudley, aunque esto
último se echó en falta, el resto de la película es
bastante fiel. Se ajusta adecuadamente al ambiente de guerra que se vive en
el mundo mágico. Las muertes transcurren sin pena ni gloria, como la
de Moody, y el ambiente se va cargando cada vez más.
Y, para que no se diga que todo lo inventado es peor
que lo original, la muerte de Hedwig estuvo a la altura de lo que
representaba el animal de compañía. Murió defendiendo
a su amo, lo que sin duda hubiera querido ella en el libro. También
cabe destacar los pequeños segundos en los que Harry contempla los
soldaditos con los que jugaba en el comienzo de la primera película,
un guiño que arrancó la sonrisa de más de uno y que
simbolizaba cómo había cambiado su vida desde entonces…
y que ya no era ningún niño.
El comienzo del filme es soberbio. La entrada en escena de Snape, el
asesinato sin importancia de la profesora de Estudios Muggles, cuyo cuerpo
se come Nagini… Esto, unido a la descripción inicial de las
circunstancias por un monótono Rufus Scrimgeour, el Ministro de
Magia, hace que sea el mejor “opening” de la saga hasta el
momento.
Por otro lado, por oscura y violenta que pudiera parecer en los trailers,
luego no da tanto de lo que promete al principio. De hecho, para poder
llegar a la catalogación de PG-13,
se tuvieron que eliminar escenas de los Carroñeros llenas de sangre
y muy violentas, razón por la cual se ven bastante confusas y
decepcionantes.
Lo cierto es que vemos a unos personajes muchísimo más maduros, una trama totalmente alejada de Hogwarts, lo
cual supone un giro de 360º de las entregas anteriores y un soplo de
aire fresco que muy bien le venía a la franquicia. La
presión, también por culpa del medallón de Slytherin,
inunda los corazones de los protagonistas y hace que se transformen estos
hasta límites insospechados.
Lo peor, y no de la película sino de la obra original, es que en
esta mitad hemos tenido que consumir entera la parte en la que el
trío acampaba en los bosques sin conseguir nada, sólo
teniendo conversaciones sin ningún fin ni propósito digno de
mencionar. ¿Sin ningún fin? Miento: Rowling, y luego Yates en
el filme, supieron transmitir muy bien de esta forma la soledad de los personajes,
lo inmensamente desolada e impotente que es la misión que les ha
dejado Dumbledore, sin ninguna guía de instrucciones, como bien se
queja Ron en una remarcable escena.
Y, por qué no, también se escondió en todo esto la
intención de sumar más páginas en el último
ejemplar de su saga.
Actuación
Daniel Radcliffe, Emma Watson y Rupert Grint se superaron con creces en esta/s
última/s película/s. Nada tienen que ver ya con lo que eran
hace algunos años. Sus personajes han madurado, pero también
ellos mismos, y mucho. En especial es loable la actuación de Emma
Watson como Hermione, que roba casi todo el protagonismo a Harry en la
película, siendo ella la que lleva las riendas del argumento, pese a
que a veces los productores lo intentaron enmascarar haciendo como que era
Harry quien daba el “sí” final.
Grint, por otro lado, consiguió que Ron dejara de ser el gracioso de
turno, sin un fondo del todo interesante, a ser el que más
tenía del trío. Transmitió a la perfección
cómo se sentía Ron en la situación en la que se
encontraba y demostró, una vez más, que es un
grandísimo actor.
Por otro lado, uno de los detalles más aplaudidos por los fans ha
sido la “fantástica” actuación de Daniel
Radcliffe cuando interpretó a los demás personajes que
tomaron su apariencia en los 7 Potters. No nos equivoquemos: aunque la
escena estuvo genial, como ya he mencionado antes, se realizó
digitalmente. Radcliffe no tuvo nada que ver con la transformación
de los actores reales y los dobles de Harry. Es una decisión, a mi
entender, extraña… ya que da que pensar que los responsables
se gastaran un dineral en vez de confiar en que Radcliffe sabría
estar a la altura de la escena.
Con eso no quiero decir que Daniel lo hiciera mal. Estuvo mejor que en las
pasadas entregas. Pero le faltó sabor, profundidad y,
también, carisma.
El resto del reparto fue transcurriendo por el metraje sin ninguna
mención especial, salvo la perfecta actuación de Alan Rickman como Snape, Ralph Fiennes como Voldemort (salvo por una voz
demasiado suave tanto en el original como sobretodo en la traducción
al español) y especialmente Jason
Isaacs como un
amargado Lucius Malfoy. Tom
Feltontambién lo secundó muy bien, y estoy seguro de
que estará a la altura de sus escenas finales en la segunda parte.
Por otra parte, Bonnie
Wright estuvo tan
insípida como siempre, lo cual contribuyó al ambiente
Harry/Hermione tan predominante en la película, algo que, por
cierto, apoyó Rowling ya que el guión ha sido supervisado y
aprobado por ella. Más bien parece que Harry se conformará
con Ginny cuando Hermione decida que prefiere a Ron… y no hay
más que comprobar la escena en la que Harry y Hermione se besan en
la ilusión provocada por el horrocrux del medallón. Un beso
totalmente apasionado, comparado con la insulsa secuencia del beso de Harry
y Ginny, por mucha espalda descubierta que hubiera.
BSO
La banda sonora de “Harry Potter y las Reliquias de la Muerte”
de Alexandre Desplat,
realizada con la orquesta sinfónica de Londres, no estuvo mal pero
no a la altura de las precedentes de John
Williams. El gran problema que ha suscitado numerosas
críticas negativas ha sido que se ha utilizado siguiendo unos
criterios, a mi entender, equivocados.
En vez de utilizar una serie de melodías de fuerte carácter
dramático, que pudieran suscitar no sólo tensión sino
también emoción, drama e incluso lágrimas, se
apostó por unos sonidos que se confunden con el contorno y que no
llaman la atención salvo al principio y en los créditos
finales. Lo único que se apreció más de ésta
fue su ausencia, y me refiero, cómo no, a SPOILERla
secuencia de la muerte de DobbyFIN SPOILER.
La escena final en la playa debería haber tenido una melodía
que, sólo ésta, debería haber puesto la carne de
gallina de cualquier fan. Se consiguió con el levantamiento de la
ola gigante al final de la infravalorada “The Last Airbender”,
y también con el retorno de Harry con el cadáver de Cedric en
el Cáliz de
Fuego, pero aquí se apostó por el silencio y una
música muy suave que parecía asomarse tímidamente, sin
saber si alzarse en toda su gloria o seguir agazapada.
Esto provocó que, aunque a los seguidores nos entristeció
mucho, no arrancó tantas lágrimas como se merecía
Dobby.
3D
Como sabéis, no se estrenó la película en 3D debido a
que la versión final, realizada apresuradamente, no estaba a la
altura de la producción. Al menos, Warner Bros. son
los primeros en tener la decencia de no estrenar una película en un
formato fallido simplemente por obtener más ingresos.
Es, por tanto, de agradecer que se molestaran en admitir que no estaba a la
altura de lo que querían ofrecer a los fans de Harry Potter, pero que
la segunda parte sí que la convertirían a un 3D más
elaborado, aunque, eso sí, en post-producción.
Conclusión
Se trata, pues, de una película inconclusa que no es la mejor ni la
peor de la saga, aunque sí de las mejores. Se trata de un soplo de
aire fresco y, más importante, de la avanzadilla de lo que seguro
que sí será lo mejor de Harry Potter.
Un guión más o menos fiel, una actuación mejorada y
una película que, en todos los aspectos, gana en madurez y
oscuridad. Lástima que con ánimo de llegar a un PG-13, no se
atrevieran a añadir la violencia necesaria para romper con los
numerosos minutos de soledad de los protagonistas. Ya veremos qué
ocurre con la segunda parte, muchísimo más violenta
que la anterior.
Espero que los productores se den cuenta de que Harry ha crecido, ya es
mayor de edad (en el mundo mágico) y que deberían apostar
por, si es necesario, arriesgarse a que les cataloguen con una R
(“Restringido. Personas menores de 17 años requieren la
compañía del padre o un adulto”).
Entretenida, al nivel de la obra original, es sólo apta para
seguidores y personas que se hayan molestado en documentarse de por
dónde van los tiros de la acción. ¿Épica? No.
¿Aburrida? Tampoco. Es sólo el comienzo del fin. De un fin
que, eso sí, será épico, genial y todos los
calificativos positivos que se os puedan ocurrir.
O eso quiero creer.
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