El hombre duplicado (José Saramago)
Juan Carlos Álvarez Alaiz


Enfrentarse por primera vez a un libro de José Saramago ha supuesto, como imaginaba, una experiencia de lo más apasionante. No ha sido casualidad querer empezar por su última novela El hombre duplicado. Una entrevista en la radio a Saramago durante la promoción de este libro en el programa Gomaespuma, me mostró a una persona con un pensamiento excepcional. Eso y la recomendación de mi mujer, fiel lectora de este autor, hizo que me decidiese por esta novela, a pesar de que una crítica que previamente leí en internet señalaba que El hombre duplicado había supuesto en Saramago un claro retroceso en la calidad de su obra. El caso  es que a mi me parece que acabo de leer una obra maestra por lo que supongo que la calidad del resto de su producción  es excepcional. No es casualidad, por lo tanto, que el autor tenga el máximo galardón que hoy en día puede tener un escritor, el Premio Nobel.

El descubrimiento por parte de un profesor de instituto de la existencia de una persona idéntica a él  es el punto de partida a partir del cual  el autor crea una trama que termina en un desenlace sorprendente.

Me ha resultado especialmente curiosa la  peculiar forma en la que el autor escribe los diálogos, separados  mediante comas y comenzando con mayúsculas la siguiente intervención. Además no especifica que personaje está hablando. Lo cierto es que, aunque al principio resulta un poco complicado saber quien está interviniendo, rápidamente te acostumbras y acabas siguiendo el hilo de las conversaciones sin dificultad. Al parecer esto es una característica del estilo de la prosa de Saramago.

Otra cosa que me llamó la atención es la introducción como personaje del sentido común del protagonista. Las conversaciones de ambos (protagonista y sentido común), siempre en continúo conflicto, me parecieron lo más enriquecedor de la novela.

No aparece aquí, al menos no me lo parece a mi, el tradicional pesimismo que según me cuentan  caracteriza a la mayoría de las novelas de Saramago

Por último su final, que obviamente no voy a desvelar, me pareció sublime. No creía durante la lectura que esta historia iba a ser resuelta de manera tan genial.

La única pega que pondría a la novela es su principio, quizá un poco lento, que provocó que tardará algunas páginas en engancharme del todo a su lectura. Eso si cuando me atrapó lo hizo hasta el final.