La velocidad de la luz (Javier Cercas)
Juan Carlos Álvarez Alaiz


La última y esperadísima novela de Javier Cercas, después de su éxito con "Soldados de Salamina" de la que llegó a vender más de un millón de ejemplares, consolida a  su autor como una de los principales figuras de la narrativa española del momento. En esta ocasión el autor vuelve a utilizar su personalísimo estilo de narrar en el que mezcla con verdadera astucia la ficción con la autobiografía. En muchas ocasiones no sabemos si el narrador es un personaje de ficción o Cercas está narrando un capítulo de su vida, ya que varias de las experiencias que le ocurren al protagonista en esta novela, como su estancia de dos años  como profesor de español en una universidad americana, forman parte de la biografía pública del autor.

La editorial Tusquet presenta la novela como "una indagación radical e insólita en la infinita estupidez de la guerra y en la infinita estupidez del éxito". Yo añadiría que es también una indagación sobre la amistad, sobre la complicidad que a veces se produce entre personas aparentemente distintas pero que encuentran una serie de nexos comunes que les unen inevitablemente y para siempre.

Vuelve el autor a tratar el tema de la guerra  como ya hizo con la Guerra Civil en "Soldados de Salamina". Esta vez  se atreve con la Guerra del Vietnam , ya ampliamente tratada en literatura y cine, pero lejos de resultar poco original, Cercas consigue volver a retratar de nuevo con maestría al ser humano en ese tipo de situación, tan incomprensible y ridícula como es la guerra. Sin embargo en esta ocasión utiliza  un de punto de vista distinto ya que mientras en Soldados de Salamina dejaba un lugar para la esperanza, en esta Cercas habla de como personas con una vida ejemplar son capaces de convertirse en auténticos monstruos cuando se encuentran en situaciones limites.

Paralelamente en esta novela se trata el tema del éxito, y  el autor parece hacer referencia al suyo propio con su anterior novela, dando por momentos la impresión de que  quisiese saldar alguna cuenta pendiente consigo mismo

Sobre el tipo de literatura que le gusta hacer, Javier Cercas dice que  "esas novelas fáciles de leer pero difíciles de entender, como dice Kundera, son mi ideal estético". Efectivamente estamos ante una novela, que tanto por su tamaño, como por su narración se lee con facilidad pero lejos de ser sencilla requiere un esfuerzo por parte del lector, pero no tanto un esfuerzo intelectual como un esfuerzo emocional. Creo haber hecho este esfuerzo y desde luego me ha merecido completamente la pena. Tanto es así que ya espero con interés la próxima novela de Javier Cercas.