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La última y esperadísima novela de Javier Cercas,
después de su éxito con "Soldados de Salamina"
de la que llegó a vender más de un millón de ejemplares, consolida
a su autor como una de los principales
figuras de la narrativa española del momento. En esta ocasión el autor vuelve a
utilizar su personalísimo estilo de narrar en el que mezcla con verdadera
astucia la ficción con la autobiografía. En muchas ocasiones no sabemos si el
narrador es un personaje de ficción o Cercas está narrando un capítulo de su
vida, ya que varias de las experiencias que le ocurren al protagonista en esta
novela, como su estancia de dos años
como profesor de español en una universidad americana, forman parte de
la biografía pública del autor. La editorial Tusquet
presenta la novela como "una indagación radical e insólita en la infinita
estupidez de la guerra y en la infinita estupidez del éxito". Yo añadiría
que es también una indagación sobre la amistad, sobre la complicidad que a
veces se produce entre personas aparentemente distintas pero que encuentran una
serie de nexos comunes que les unen inevitablemente y para siempre. Vuelve el autor a tratar el tema de la guerra como ya hizo con la Guerra Civil en
"Soldados de Salamina". Esta vez se atreve con la Guerra del Vietnam , ya ampliamente tratada en literatura y cine, pero
lejos de resultar poco original, Cercas consigue volver a retratar de nuevo con
maestría al ser humano en ese tipo de situación, tan incomprensible y ridícula
como es la guerra. Sin embargo en esta ocasión utiliza un de punto de vista distinto ya que mientras
en Soldados de Salamina dejaba un lugar para la
esperanza, en esta Cercas habla de como personas con una vida ejemplar son
capaces de convertirse en auténticos monstruos cuando se encuentran en
situaciones limites. Paralelamente en esta novela se trata el tema del
éxito, y el autor parece hacer
referencia al suyo propio con su anterior novela, dando por momentos la
impresión de que quisiese saldar alguna
cuenta pendiente consigo mismo Sobre el tipo de literatura que le gusta hacer,
Javier Cercas dice que "esas
novelas fáciles de leer pero difíciles de entender, como dice Kundera, son mi ideal estético". Efectivamente estamos
ante una novela, que tanto por su tamaño, como por su narración se lee con
facilidad pero lejos de ser sencilla requiere un esfuerzo por parte del lector,
pero no tanto un esfuerzo intelectual como un esfuerzo emocional. Creo haber
hecho este esfuerzo y desde luego me ha merecido completamente la pena. Tanto
es así que ya espero con interés la próxima novela de Javier Cercas. |
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