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Murió a los 93 años el
pensador alemán, Hans Magnus Enzensberger.
Intelectual crítico, profesor universitario, periodista sagaz, novelista,
ensayista y poeta. Estudio lengua y literatura alemana, posteriormente
Filosofía. A Hans Magnus Enzensberger le gustaba
definirse esencialmente como poeta. En el obituario dedicado al intelectual alemán, Paul Ingendaay, corresponsal de cultura europea de Frankfurter Allgemeine, escribió:
“Hans Magnus Ensensberger fue en todas las facetas y
a lo largo de décadas no sólo el pulso intelectual de una República Federal más
interesante: fue su representante más cosmopolita y, a menudo, muy adelantado a
su propio país”. Enzensberger consideraba que todos
tenemos que ver con la poesía, negaba ser crítico literario aunque tenía una
opinión clarísima al respecto. “Entiendo que la literatura es una pequeña
industria. Veamos: en la gran industria cuando uno invierte un billón de
dólares, se fabrican mejores automóviles, pero como las letras son una
industria pequeña, no vale ese principio. Si los escritores son bien o mal
pagados, eso no se relaciona con la calidad de los libros. Así que seguirá siendo un misterio que existan periodos históricos
en los cuales aparece una literatura sensacional, y lo mismo que haya lapsos de
10 años en los cuales la producción escrita es más bien mediocre”. La poesía, era uno de los temas favoritos de Enzensberger,
donde encontraba enorme ventaja numérica: “La poesía es minoritaria, pero por
fortuna sabemos que las minorías cuentan. Por ejemplo, ¿qué tantos son los
grandes físicos? Muy poquitos. Así que las minorías étnicas, religiosas,
artísticas y de cualquier tipo, en realidad son muy significativas. Si se eliminaran las minorías, una sociedad dejaría de funcionar.
Entonces, modestamente: ”los poetas cuentan, según yo”.
Existe la idea de que la mayoría de las personas no tienen nada que ver con la
poesía, lo cual es totalmente falso. La poesía no es sólo la que aparece en los
libros, por cierto de escaso tiraje. Basta pensar cuántas personas saben de memoria el Ave María o Yellow submarine, La
Internacional o las rimas de la infancia que todos conocemos y podríamos citar.
Eso también es poesía, de mayor o menor calidad, pero muy pocos lo advierten. Sobre el “poder” de la poesía, el escritor y ensayista alemán decía
ser cauto respecto a la capacidad subversiva de la poesía. Son los dictadores
los que creen en ese poder subversivo y por eso les tienen horror a los poetas. “Soy escéptico en cuanto a que la poesía revolucione al mundo. Si
uno quiere cambiarlo, hay métodos más eficaces”. Recordemos que el poeta alemán confesó en varias oportunidades no
tener el don del narrador de largo aliento, “desde un punto de vista técnico,
me podría sentar y escribir también una novela montando una pieza tras otra,
pero creo que debe haber algo especial en la voz del narrador”. “En Marruecos, en las plazas de los mercados aún se ven narradores
orales, parados encima de un cajón. Si cuentan algo interesante, la gente se
queda a escucharlos; si no, prosiguen su camino. Yo no lo tengo, y también me
falta paciencia”. Hans Magnus Enzensberger, calificaba su
poesía como “utensilios de uso”: poesía que deba provocar y causar reacciones.
Citas ensayísticas, juegos de palabras, expresiones del argot, se hacen
presentes en su poesía teniendo como objetivo una reflexión autocrítica sobre
la capacidad de advertencia de la propia palabra y sobre la efectividad social
del arte. A continuación, a modo de un “hasta luego y buen viaje”, comparto
el poema Derivo de Hans Magnus Enzensberger, traducido del alemán por José Luis Reina
Palazón: DERIVO El cerebro cae en picado cada vez más profundo. Los cables tensores sacudidos por el viento descendiente. El timón cimbra, se desvía “por sí solo”. También una música; aire que susurra, maderas que crujen. Larguero, oído, cabeza, que estallan. Remolino sin dolor, que se olvida así mismo, solemne, ligero, deslizarse hacia lo oscuro. En 1962 en su ensayo titulado: Poesía y política, el escritor
plantea los presupuestos del compromiso en la literatura: “El aspecto político
de la poesía debe serle inmanente. Ninguna derivación desde fuera es capaz de
revelarlo”. Enzensberger insiste en que es “tarea
política” del poeta “renunciar a cualquier encargo político y de hablar por
todos incluso allí donde no habla ninguno, de un árbol, de una piedra, de lo
que no es”. ¡Hasta el próximo
encuentro…! |
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