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En Escritor peruano-español, Mario Vargas Llosa hace historia, ya
que acaba de ingresar a la Academia Francesa, siendo el primer escritor
hispanoparlante que nunca escribió en esa lengua. La institución que fundara el
Cardenal Richeliu, clérigo y político francés, en 1635 lo admitió en una
solemne y tradicional ceremonia en la que el autor de “Pantaleón y las
visitadoras”, le agradeció a Francia por
ayudarlo a sentirse “un escritor peruano y latinoamericano”.
La ceremonia se realizó en el Anfiteatro del Instituto Francés, en
París y su discurso Vargas Llosa, lo emitió en la lengua de Rousseau. Al inicio
recordó una anécdota, al llegar por primera vez a Francia: “Compré un ejemplar
de Madame Bovary (obra de Gustave Flaubert), la misma tarde de mi llegada, en
una librería ya desaparecida, del Barrio Latino”.
Trasmitió un gran agradecimiento a Francia por la “paradoja” de
ayudarlo a sentirse “un escritor peruano y latinoamericano”. Afirmó que:
“Gracias a Francia descubrí la otra cara de América Latina, los problemas
comunes a todos sus países, la horrible herencia de los golpes militares y del
subdesarrollo, la guerrilla y los sueños compartidos de liberación”.
Para el Premio Nobel de Literatura del año 2010: “La novela salvará
a la democracia o morirá con ella”. Afirmó en su discurso que, “siempre
permanecerá-¿cómo dudarlo?- esa caricatura que los países totalitarios nos
venden como novelas, pero que sólo existen después de haber pasado por la
censura que los mutila, para sostener las fantasmagóricas instituciones de
payasadas similares a la democracia, de las que nos da el ejemplo la Rusia de
Vladimir Putin”.
“Y lo vemos atacar a la desdichada Ucrania dando lugar a la
sorpresa del siglo cuando esta nación le resiste, a pesar de la superioridad
militar, sus bombas atómicas y sus multitudinarias tropas. Como en las novelas,
aquí los débiles triunfan sobre los fuertes, porque la justicia de su causa es
infinitamente mayor que la de estos últimos supuestamente poderosos. Como en la
literatura, las cosas se hacen bien y confirman una justicia inmanente que
existe, hay que decirlo, sólo en nuestros sueños”, afirmó el novelista.
En otra parte de su discurso de ingreso a la Academia Francesa,
reflexionó que: “La vida debería ser como en los libros; plena libertad en todo
y para todos, aunque los libros permiten algunos excesos que, en la vida,
serían inadmisibles, especialmente en los que se refiere a la violación de los
derechos humanos, reconocidos por los gobiernos democráticos, aunque con
demasiada frecuencia como efecto anuncio”, afirmó Vargas Llosa.
“De ahí la necesidad de continuar la lucha, hasta que el mundo se
asemeje al de la literatura, aunque solo sea en el reino de la libertad. Este
es un ideal realista y alcanzable, siempre que lo tengamos en mente y
trabajemos en ello”.
La elección de Mario Vargas Llosa en noviembre del año 2021 para
integrar la Academia, sufrió ciertas resistencias, se dijo que iba en contra de
la tradición recibir en ella a un autor que no escribiera en lengua francesa.
También se le criticó por intelectuales franceses, que sus posiciones políticas
eran cercanas a la extrema derecha.
La centenaria institución encargada de velar por la lengua de Jean-
Baptiste Poquelin conocido como Moliere, decidió romper sus propias reglas y
distinguir a un autor que nunca escribió directamente en francés. De hecho, fue
concebida como una suerte de emblema del “profundo vínculo de identidad entre
Francia y su literatura”.
Al inicio de la década de los 60 del siglo pasado, Vargas Llosa
sacudió el mundo de la literatura con las novelas: La ciudad y los perros, La casa verde y
Conversación en La Catedral. Posteriormente su producción no mermó, continuó
escribiendo prolíficamente en varios géneros literarios, como el ensayo y el
teatro al igual que sus artículos en el periodismo que son publicados en varios
diarios del mundo.
Algunas de sus obras han sido adaptadas al cine y la televisión.
Otras de sus novelas de gran éxito han sido: La tía Julia y el escribidor, La
guerra del fin del mundo, La fiesta del Chivo y El sueño del celta.
También hubo defensores a su ingreso como el caso de Jean- Marie
Rouart, que ocupa el sillón número 26 de la Academia desde el año 1997, quien
afirmó que Vargas Llosa “es alguien que tiene vínculo profundo con Francia y la
Academia ha hecho una excepción ¿Por qué no? Dentro del respeto a las
tradiciones hace falta a veces hacer excepciones”.
“Cuando un gran escritor entra en la Academia es siempre un
símbolo”, sostuvo el académico y dijo que “la voz como académico” del Nobel
peruano será una señal de la importancia de la literatura de un escritor, que
pese a no escribir en francés, “adora Francia”.
Otra regla que fue trasgredida para el ingreso de Vargas Llosa es
la edad. La Academia fundada en 1635, estableció en el año 2010 que sólo los
autores que tengan 75 años como máximo podían presentarse como candidatos a ser
uno de “los inmortales”; el nombre con el que se le conoce a los académicos, el
escritor tiene 86 años.
El sillón que ocupará Vargas Llosa es el número 18, que dejó
vacante el filósofo Michel Serres en el 2019. El escritor Daniel Rondeau quien
propusiera el ingreso del escritor a la Academia Francesa, en la ceremonia dijo
que en un viaje a Perú, obtuvo un artículo valioso en la vida del Nobel.
“Compré el banderín del Colegio Militar Leoncio Prado”, el que posteriormente
desplegó. “Este banderín, querido Mario, está aquí para usted”, comentó,
causando que Vargas Llosa riera y aplaudiera el gesto de su amigo.
Recordemos que La ciudad y los perros, es la primera novela del
peruano, por ella recibió el Premio Biblioteca Breve en 1962, con la que
alcanzará el reconocimiento internacional, siendo el núcleo de la misma el
Colegio Militar Leoncio Prado, donde estudio el Nobel en los años 1950-1951.
Dijo alguna vez el hoy integrante de la Academia Francesa:
“Aprender a leer es lo más importante que me
ha pasado en la vida”. |
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