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El escritor mozambiqueño, Mia Couto, recibió el Premio FIL de Literatura en
Lenguas Romances 2024, evento con el que tradicionalmente se inicia la Feria
Internacional del Libro de Guadalajara- México. Durante su discurso se refirió a los periodistas: “Ustedes periodistas
tienen la oportunidad de darle más espacio a las noticias de las pequeñas cosas
bellas que suceden en el mundo”. “En Mozambique existen 28 lenguas indígenas africanas, con las que tengo
contacto desde que soy niño y que me colocan en relación con ese mundo de lo
que no puede ser traducido”, dijo sobre su motor literario. Ante un contexto histórico de guerra y desplazamiento en su país natal, el
escritor siente que tiene la obligación de mantener la esperanza. “Cuando se
habla de violencia, migración forzada, en Mozambique la mitad de la población
es refugiada y fue acogida por países de alrededor, igual o más pobres. Eso no
fue noticia”, observó Mia Couto. El escritor también destacó algunas curiosidades lingüísticas en la mezcla
de idiomas locales, que hablan de un posicionamiento político inherente. Por
ejemplo, en Mozambique hay un 98% de la población negra y al extranjero se le
dice blanco, pero no se refiere al color de la piel, sino a la lengua. “Si hablas su lengua al instante ya no eres considerado blanco”, porque es
una cuestión lingüística, no racial”. “No hay palabra para decir naturaleza y eso quiere decir que hay otra
manera de ver el mundo, entenderlo”, ahonda. Hay una palabra alusiva a la
semilla, que se usa específicamente para hablar de enterrar un muerto. Este tipo de elementos dan cuenta de una forma de pensar, que desde su
perspectiva será necesaria para construir un mundo más bello. Señala Mia Couto, “habla de una visión más orgánica, más holística en
pueblos que no tienen la palabra naturaleza, como que no la necesitaran,
rechaza la idea de ser el centro, la idea legítima de que estamos aquí para
administrar recursos”, consideró y manifestó el escritor que, “salvamos la
tierra si entendemos de manera diferente, una cuestión muy anterior a la
ecología, que es nuestra relación con el mundo”. Para él, la escritura es una especie de investigación biológica, a través
de la cual explora historias y perspectivas de su cultura. “Lo difícil no es ser escritor, en Mozambique, sino no ser escritor porque
las personas están constantemente contando historias y no hay una frontera
entre lo privado y lo público, sales a la calle y cualquier persona te cuenta
la historia más íntima de su vida. El material está ahí, lo importante es
escuchar”, compartió Mia Couto. Recordó que tenía 9 años cuando se dio cuenta de ser “parte de algo que no
tenía fin”. “Mi padre puso su mano sobre mi hombro y preguntó: “¿Te gusta?” Yo
quería responder, pero no tenía palabras. Me faltaba un idioma. Entonces, él
que era ateo murmuró: “hijo mío, esta es tu iglesia”. Era el anuncio de un
destino, relató el escritor. Con este episodio de su vida, el galardonado con el premio FIL-2024, expuso
una postura casi religiosa con el lenguaje y encontró una relación con la
literatura mexicana al citar a Octavio Paz. “Lo que Octavio Paz vio en la grafía de las estrellas y lo que yo busco en
la escritura: alguien que me escuche y que intercambie su alma conmigo. Y que
lo haga con tal delicadeza que me convierta en esta otra criatura que me
deletrea. Ese es el oficio de la poesía: entregamos la palabra que nos hace nacer”. Mia Couto se declaró proveniente de un país donde los ríos y las piedras
hablan con las personas, los animales y los árboles, comparten silencios con
los dioses. “No estoy folclorizando lo que es, sobre
todo, una sabiduría ancestral”, aclaró. Profundamente agradecido por el reconocimiento, Mia Couto subrayó la
importancia del encuentro con sensibilidades literarias provenientes de otros
continentes. “Debo decir que no estoy aquí solo. Quiero compartir este galardón con
todos los escritores de mi país. Son ellos quienes, desde hace décadas, lucha
para que Mozambique tenga la visibilidad que merece. Los escritores
mozambiqueños, todos ellos, reafirman su identidad plural contra la herencia de
los estereotipos que pesan sobre África y sobre los africanos”, aseguró. Subrayó que los escritores africanos de la lengua portuguesa sufren una
doble segregación: por geografía y por la lengua en que escriben. “Nunca fue
tan necesario rescatar historias que nos devuelvan nuestra humanidad.
Necesitamos rescatar un tiempo que sea nuestro y un mundo al que sepamos dar un
nombre”. Culminó el galardonado con el Premio FIL en Lenguas Romances 2024, que su
literatura está hecha con la intención de que alguien la escuche y lograr un
intercambio entre las dos almas. “Que lo haga con tal delicadeza que
yo me convierta en esta obra criatura que me deletrea. Ese es el oficio del
poeta: entregarnos la palabra que nos hace nacer”. A continuación, comparto el poema de Mia Couto titulado EL OTRO IDIOMA Interrogado sobre su soltura en portugués, respondió: -Tengo dos lenguas: una para mentir y otra para ser engañado. La profesora además, preguntó: -¿y cuál de ellas es el portugués? -ya no recuerdo, respondió. ¡Hasta
el próximo encuentro…! |
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