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El 28 de febrero del 2025 se conmemora el 500 aniversario luctuoso
del Huey Tlatoani Cuauhtemoctzin, cuya ejecución fue
ordenada por Hernán Cortés en 1525. Por tal motivo se inauguró en el Museo del Templo Mayor de Ciudad
de México, la exposición: “Cuauhtémoc. Historia y Memoria”. En la inauguración,
Diego Prieto Hernández, director del Instituto Nacional de Antropología e
Historia (INAH) dijo: “Nos encontramos en la antesala de una efeméride de la mayor
importancia para la memoria de los mexicanos”. Consideró que Cuauhtémoc sigue
vigente por ser “un enorme y poderoso símbolo cultural”, que además de ser
trágico, pasa a ser idealizado y es tanto elemento clave de reivindicaciones
nacionalistas como figura romántica en literatura, artes plásticas, historia y
tradición popular. Ahondó Prieto Hernández: “Viene a ser el símbolo simultáneo de la
catástrofe que representó la conquista de México, como el territorio que ahora es
nuestro país; y también de la resistencia”. Por supuesto, con la caída de México-Tenochtitlan y la ejecución de
Cuauhtémoc no termina la resistencia, tuvo como un episodio la
Independencia…pero se prolonga como resistencia de los pueblos indígenas que defienden
sus lenguas, sus formas de organización y de gobierno, tradiciones, creencias, sus
formas de ser en el mundo y vivir en sus territorios”, afirmó el director del
INAH. Del episodio de la ejecución del último Tlatoani tenemos muy escaso
conocimiento, “apenas gracias al registro de dos soldados, que fueron testigos
de los hechos”. Uno de esos dos soldados fue el capitán Hernán Cortes, de quien
debemos asumir una narración acorde a sus intereses y la necesidad de
deslindarse de la injusta ejecución, “por cualquier lado que la miremos”, así
como lo cuenta en su quinta carta de relación al rey de España”. El otro soldado fue Bernal Díaz del Castillo, quien
en la Historia verdadera de la conquista de la Nueva España, refiere este
dramático pasaje. De ahí en más lo que hay es un conjunto de versiones, de
conjeturas que no por ello deben ser desechadas porque la antropología se debe
ocupar de todo: el dato escrito, la tradición oral, el simbolismo, la creencia,
y por supuesto todo aquello que aparece en el imaginario de los pueblos. “Cuauhtémoc fue un personaje de gran relevancia por los episodios
que el destino lo obligó a afrontar con la ética de un mexica tlatelolca y lo llevó a ganarse un lugar en la memoria”. Después
de la ejecución no se supo a donde fueron a parar los restos del Tlatoani, aunque
“sí sabemos que hay una línea de tradición que vincula el destino de la imagen,
la figura, el símbolo, con el orgulloso pueblo indígena Ixcateopan, en
Guerrero. “Es un fenómeno que debemos atender, comprender juntos con la obra de
una importante arqueóloga nauhatlista que no fue tan
reconocida en su momento, doña Eulalia Guzmán contribuyó a la recuperación de
la historia náhuatl. Salvador Rueda Smithers, director del
Museo Nacional de Historia, Castillo de Chapultepec, uno de los investigadores
que participó de la muestra, le tocó revisar, ¿por qué Cuauhtémoc es héroe y no
otro? expreso: En primer lugar porque es un símbolo de resistencia contra el
invasor y porqué el proceso heroificador de
Cuauhtémoc nace precisamente después de la guerra con los Estados Unidos,
después de la invasión francesa, entonces queda cerca como ejemplo de
resistencia: “de un mexicano, de aquí, contra el invasor”. Al mismo tiempo que se buscó la reivindicación del personaje prehispánico,
en México se llevaron a cabo proyectos como poner la reja “al árbol de la Noche
Triste” porque también es un símbolo de la resistencia y de la derrota de los
españoles, “en un momento en donde estás buscando fortalecer la idea de que
México es un país que resiste”, detalló el historiador. De las representaciones del último tlatoani mexica, una de las más
icónicas es la de “El suplicio de Cuauhtémoc”, (Leandro Izaguirre, 1893, se
encuentra en el MUNAL) narra uno de los pasajes más importantes del personaje
que resistió a la tortura española ordenada por Hernán Cortés. A continuación, comparto un poema de mi autoría en homenaje a
Cuauhtémoc:
¡Hasta el próximo
encuentro…! |
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