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La escritora uruguaya Ida Vitale. (Montevideo 2-11-1923), continúa siendo
galardonada a sus 101 años de edad. En su natal Montevideo, actual lugar de
residencia, capital de la República Oriental del Uruguay, recibió la noticia
que fue distinguida con el Premio “Poeta de dos hemisferios” 2025. Dicho galardón fue creado en el año 2013, con el objetivo de ser entregado
a los autores estén más allá de cualquier crítica o canon literario, que su
obra sea un discurso necesario para entender la literatura y a sus lectores en
una absoluta comunicación y armonía. El premio lo otorga el Encuentro Internacional de Poetas Poesía en Paralelo
Cero de Ecuador. Con anterioridad fueron galardonados: Juan Gelman (Argentina-
2013); Luis Eduardo Aute (España -2016); Antonio
Gamoneda (España- 2017); Margaret Randall (EE.UU.- 2019) y Silvio Rodríguez
(Cuba- 2023). La poesía de la escritora Charrúa, es un desafío al tiempo y a las estéticas
pujantes. Es un arte tenaz que cultiva la riqueza de nuestra lengua y hace de
la creación poética con precisión un vehículo para pensar lo complejo, lo
humano. Como todo lo complejo, implica comprometerse con una lectura que
desafía, incomoda e interpela. La obra de Ida, exige al interlocutor, que sea capaz de leer entre líneas
porque “lo importante está debajo de las superficies”. Una poeta que puede
servir de ejemplo de que la autenticidad y el rigor basta, que la escritura
basta y que una escritora nunca deja de serlo. La poesía de Ida, es una poesía que embelesa por su conocimiento,
inteligencia, curiosidad, contemplación, humor y fe en la palabra. Más que
méritos para que recibiera en el 2019 el máximo
galardón de las letras españolas: el Premio Cervantes de Literatura. Comparto una serie de preguntas sobre la poesía que el periodista César
Bianchi le hiciera a Ida Vitale, para Montevideo Portal: ¿De qué vivía: del periodismo literario o de la poesía? R: Vivía de las clases de literatura que daba en el liceo. ¿Quién ha vivido
de la poesía en Uruguay? Que yo sepa, nadie. Ahora, dar clase es otra cosa. ¿Para qué sirve la poesía? R. Al escritor le sirve para salir del paso. Si tiene algo que le parece
que hay que decir. En realidad, se hacen planes para escribir. Cuando se
escribían poemas históricos había otra actitud. ¿No? Y al lector ¿para qué le sirve? R: Para entrar en el paso. No sé hay gente que le guste leer poesía y otros
que no. ¿Por qué Ida Vitale recomendaría leer poesía? R: Yo no recomiendo leer poesía. Yo recomiendo que la gente lea lo que le
guste. Hay que probar si a uno le gusta o no. Es como a mí con el chocolate, si
me gusta, lo como, pero nadie tiene la obligación ni
de comer chocolate ni de leer poesía. Cuando yo era chica había gente que
escribía libros de poesía, que eran como… Había de todo, humor, política, La poesía era una especie de barniz para
que se colara otra cosa. No me parece ideal, no me parece que la poesía sea un
barniz, ni me parece que deba ser utilizada para otra cosa. La escuela ha
cultivado la teoría del poema patriótico. A mí me parece un desastre. No hay ni
un autor que yo haya leído para interesarme en otra cosa que no sea la propia
poesía. No se puede imponer el gusto por la poesía. Hay gente que le gusta y gente
que no. Pero hay poesía para unos y para otros, no a todos nos gusta lo mismo.
Además, siempre pienso que aquello que es impuesto, a veces, resulta que lo
terminamos detestando. A mí me imponían estudiar matemáticas y la he detestado
toda mi vida. ¡Ni que hablar de la física! Como homenaje a Ida comparto el poema de mi autoría titulado: POESÍA IDA
No todos los poemas están escritos
para que se entiendan.
Ida Vitale Chamuyas de poesía con la luna del Sur mientras te acaricia una suave brisa celeste, que viene anunciando un nuevo amanecer. Se han consumido las velas, y en tu entorno flotan palabras sueltas arropadas de silencio. Como un rítmico carrusel, girarán y caerán en tu regazo, y con tu pluma harás un poema pétreo. Islote, sutil, sensual. Un poema indefinible, Inerme, inabarcable, que conmueve, hace temblar, quiebra soledades y da esperanza. Mientras, crepita la marea en la Rambla de Montevideo, el Río de la Plata te trae aromas de lejanas tierras aztecas, y flotan en el último hálito del exilio. Poesía marcada por la distancia tus letras parpadean perturbadas mientras las nubes danzan rítmicamente. Hay niebla en los ojos brumas de nostalgia, el poema Ida como una quilla hiende el mar y se pregunta: ¿A cuántos versos de distancia estoy? ¡Hasta
el próximo encuentro…! |
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