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El español José Gaos (24-12-1900, Gijón; España-10-6-1969 CDMX), llegó a
México en 1938, fue filósofo y traductor, español exiliado o “transterrado”,
como él se denominó, por motivo de la guerra civil española. Filósofo, cursó estudios en las Universidades de Valencia, Madrid y
Montpellier. Fue discípulo de José Ortega y Gasset, profesor y catedrático de
Filosofía en la Universidad Central de Madrid de la que fue rector de 1936 a
1938. Ya en México, fue fundador de La Casa de España, transformada más tarde en
El Colegio de México. Hasta su fallecimiento fue docente en la UNAM, donde
realizó una importante labor pedagógica y ejerció gran influencia sobre las
nuevas generaciones de filósofos mexicanos. Refiriéndonos a la filosofía que tan bien cultivaba Gaos, hay un artículo
de su autoría que fue publicado en 1969, titulado: “El sueño de un sueño”,
poema de Sor Juana, que califica de “notable”, aunque para él trata el
testimonio del fracaso por alcanzar el saber. José Gaos se cuestiona: “Sólo que tal fracaso, ¿cómo lo aprecia Sor Juana?
¿Cómo fracaso del afán de saber de una mujer por ser mujer o por ser la mujer
que es ella? ¿Se trata de un escepticismo feminista por llamarlo así, o de
escepticismo personal? En su artículo el filósofo afirma que se trata de lo primero, de la
incapacidad de las mujeres para hace filosofía de peso, es decir de
importancia. La respuesta que brinda Gaos a la pregunta que planteara, sostiene
que el fracaso de Sor Juana Inés de la Cruz, no fue personal, sino genérico, y
por lo tanto insuperable. Escribe Gaos: “No resulta puramente arbitrario pensar que Sor Juana pudo no
sólo conocer, sino tomar, tan sólo, más o menos conscientemente, en serio, la
formidable frase inicial de la Metafísica de Aristóteles: “Todos los seres humanos tienen por naturaleza al saber”. El afán de saber
es el rasgo distintivo de la naturaleza misma de todos los seres humanos. Ella,
aunque mujer, es ser humano. Tiene conciencia de su humanidad sapiencial. Pero
pronto tuvo también el presentimiento que su feminidad era impedimento capital
a la realización plena de esa humanidad. Procura la neutralización religiosa de
la feminidad que es tal impedimento y hasta esa neutralidad fracasa”. Emplea José Gaos un silogismo en el que concluye que Sor Juana “aunque
mujer”, es un ser humano, sin embargo, afirma que la propia Sor Juana se dio
cuenta que no podía ser un ser humano pleno, como Aristóteles, y que, por lo
mismo, no podía alcanzar el conocimiento más alto, el filosófico, que sólo le está
concedido a algunos varones. El que tomara los hábitos religiosos no le sirvió de nada para borrar su
feminidad y, por lo mismo, para lograr convertirse en una filósofa. De ahí que
Gaos concluye que a Sor Juana sólo le quedaba derrumbarse en el escepticismo o
tomar el camino del misticismo. Para el filósofo José Gaos, lo notable del “Primero sueño” de Sor Juana es
que su testimonio es el único con que se cuenta en las letras hispanas de la
experiencia del fracaso de la vida intelectual de una mujer. Para Gaos todo
“Primero sueño” es un texto autobiográfico, es Sor Juana la que habla en todo
momento, y, por lo mismo, en su sueño “hasta los espectáculos cósmicos de la
media noche y del amanecer están como desrealizados e interiorizados”. José Gaos, no entendió el poema de Sor Juana “Primero sueño”, o quizás lo
cegó la misoginia, que le impidió ver lo que el escritor mexicano Octavio Paz,
en su obra dedicada a la décima musa, titulada: “Sor Juana Inés de la Cruz o
las trampas de la fe”, sostiene que el magistral poema es una honda reflexión
filosófica sobre los límites de la razón y que el impedimento aducido no es la
feminidad sino la condición humana. Reitero para Octavio Paz, “el protagonista de Primero sueño no es el alma
femenina, sino el alma humana que, hay que repetirlo, para la autora no tiene
sexo. El impedimento no es su feminidad sino ser el alma prisionera
del cuerpo. El fracaso no viene de su sexo sino de los límites del
entendimiento humano”. “El defecto de “no conocer en un acto todo lo creado”, según se lee en la
sección central, es un defecto del hombre caído. Sor Juana sí reflexionó sobre
los límites de la razón: este es el tema de su poema y uno de los ejes de su
vida interior”. Allí aparece la
escritora- filósofa, que el filósofo español José Gaos no quiso ver. Culmino este escrito con un poema de mi autoría, en homenaje al “Fénix de
América”, Sor Juana Inés de la Cruz: MIXTURA SORJUANESCA DE SONETOS
Una rosa censurada metáfora moralina docta muerte y necia vida que busca en la fantasía el vital amor esquivo que siempre será atractivo si es honesto y fermental como en un profundo sueño no se quiere despertar. ¡Oh! Fabio gran adorado que buena combinación el amar o aborrecer padecer en el querer o sufrir en ser querida de qué color son las lágrimas por no ser correspondida. Felicianos y Lisandros sentimientos encontrados que marcaron contenido de sonetos admirados que cruzaron por los tiempos reflexionando el amor como en un primero sueño en tus versos consagrada nacida en la Nueva España un milagro mexicano en la América Hispánica eso es lo que fuiste insigne poeta Sor Juana. |
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