El trapecista
César Molina Consuegra



Apareció de pronto caminando sobre un cable de acero desde lo alto de un edificio de 40 pisos y, en sus manos una larga barra para ayudar a conservar el equilibrio. El tráfico se paralizo en un instante. Un fuerte viento soplo fuerte y el hombre perdió el equilibrio.

En su caída cruzo raudo y choco contra el techo de un automóvil blanco. Una sombra salto desde el techo del auto y se fue tranquila caminando sobre la amplia avenida sembrada de árboles.