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De pronto se vino el aguacero, el cielo se puso gris y comenzaron las
descargas eléctricas. Los gatos huyeron despavoridos y los perros callejeros
comenzaron a ladrar atemorizados. El calor se alboroto. El taxi amarillo apareció
subiendo por la calle, y de repente apareció el arroyo y lo arrastro varias
cuadras. En la esquina unos vecinos tiraron una cuerda para que la señora del
turbante blanco se salvara. Le gritaban agarre la cabuya…pero ella no soltaba
su cartera. El chofer salió por una puerta y se subió al techo del taxi. El
arroyo subió el caudal y el taxi desapareció hacia los caños del rio Magdalena.
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