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En
el patio de la casa estaba una caja de vidrio donde dormía el perro, y a su
lado el plato de comida. Una cometa volaba sobre el cielo sin nubes, y el
papagayo se movía sobre la cuerda.
Al
poner el dueño la mano sobre el vidrio, el perro aparecía caminando sobre el
patio y al mismo tiempo estaba echado en la urna o casa de vidrio.
Al
llamar al perro, le tiró un pedazo de carne, entonces el perro que paseaba por
el patio comenzaba a comer y en la urna de vidrio observaba con fina atención,
una cometa elevada en el cielo, y no quitaba la vista del papagayo.
Alzó
la tapa de la casa de vidrio y metió su mano allí, y entonces su mano
desapareció. En el instante el gato MERCADER, se puso inquieto y saltó dentro
de la casa de vidrio y también desapareció. Braulio miró hacia el espejo del
patio y vio al gato boca arriba jugando, en el jardín, y vio su mano sobre el
gato. Pensó que este gato es una fiera capaz de devorar a cualquiera en un
simple descuido. Entonces escucho el aleteo de una gallina moribunda.
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