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Durante
varias noches el niño tuvo el mismo sueño, un hombre sin cabeza preguntando
donde encontrarla, y todas las noches el chico despertaba temblando asustado
por esa visión aterradora. Su
tío preferido había desaparecido sin dejar señales, salió rumbo al trabajo y no
se supo nada más. Pasadas 72 horas que impone la ley, se puso la demanda y
empezó la búsqueda, sin resultados. La
policía publicó en el periódico local un anuncio del hallazgo de un cuerpo sin
identificar y citaba a los posibles familiares a la morgue a reconocerlo, si
era el caso. El padre del del niño fue y sentía algo extraño, como un
presentimiento. El
cuerpo estaba cubierto con una sábana que, al retirarla, mostró un cuerpo
degollado; la cabeza no se había encontrado. Por la ropa y algunas señales
particulares el señor supo de quien se trataba, era el tío desaparecido. |
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