|
|
La
abuelita estaba en su mecedora tejiendo, como siempre, cuando su nietecita le
preguntó: -
¿Abuelita que es un amante? - ¡Ay, Dios
mío, se me había olvidado! – respondió la viejita
preocupada. La anciana
bajó al sótano polvoriento, seguida por la niña curiosa,
abrió un enorme baúl con la llave que tenía en su mano y
dijo mirando el esqueleto que yacía en el interior: -
¡Perdóname Guillermo, olvidé sacarte ese día
después de que se fue mi esposo! |
|
|