La otra
Edgar Tarazona Angel



El hombre no se explicaba la terquedad de su mujer celosa obsesionada por “la otra”. El fantasma de una mujer diferente a ella en la vida de su marido le quitaban a ella la paz, el sueño y el apetito. Su celotipia la obligaba a llamarlo a toda hora, revisarle los bolsillos cuando estaba dormido, mirar los mensajes en los celulares y revisar con lupa los recibos del teléfono de la casa y la oficina para descubrir llamadas sospechosas a ese ser misterioso que nominaba como “la otra”.

Su marido se limitaba a sonreír ante los ataques verbales y pensaba, no sé porque sufre por la otra, si no hay otra, desde que nos casamos siempre la traiciono con  la misma.