|
|
Salió temprano a caminar y la imagen surgió en
la luz del amanecer como una aparición celestial. La atracción
fue instantánea, simultánea, total. Desayunaron y compartieron
esos temas que siempre se conversan al comienzo de una relación. Descubrieron
demasiadas coincidencias en la manera de pensar y obrar y decidieron iniciar
una relación estable que solo podría terminar con la muerte. Después
del almuerzo se hicieron amantes y descubrieron en la tibieza de sus cuerpos la
armonía total para reafirmar los juramentos. Cuando llegó la hora
en que el sol comienza a ocultarse, se asomaron al balcón, para observar
el hermoso atardecer, tomados de la mano. Ella le dio un beso y le pidió
esperar unos minutos mientas bajaba a hacer una llamada urgente. Desde el
balcón él vio desesperado como el cuerpo de su amada se sumergía en la noche… |
|
|