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El hombre estaba loco, de
eso no había duda. Su familia hizo lo posible para sanarlo y recurrió a todos
los tratamientos posibles sin resultados apreciables, de manera que lo dejaron
a la buena de Dios. En
verdad el tipo no estaba loco, era diferente y eso daba como resultado que los
seres humanos lo catalogaran de orate pero, tanto le repitieron su condición de
insano que terminó por creerlo y se comportaba de manera acorde con los
parámetros de la locura… hasta que encontró una respuesta. De
tanto deambular de uno en otro especialista apoyado por su familia, cuando esta
le retiró el apoyo, recordó una hermosa psiquiatra y a ella fue en busca de la
sanación. Esta le sugirió conseguir una pareja estable para compartir su vida,
en otras palabras le recetó AMOR. Decidido
a conseguir una mujer con sus cinco sentidos y la cabeza bien
puestos, decidió enamorar a la profesional y utilizó todos los argumentos a su
alcance incluida parte de la fortuna de su familia, la que le correspondía como
herencia. La doctora rechazó sus pretensiones de manera amable y le dijo que
buscara en el mundo otra dama digna de sus requerimientos, lo malo es que él
estaba encaprichado hasta la raíz del pelo y no aceptó la respuesta de esa
mujer tan cuerda. Pocos
días más tarde, lo encontraron bamboleándose en su cuarto colgado de una bella
cuerda nuevecita. |
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