En esta mañana
serena mí espíritu se halla intranquilo y perturbado
Solo en la voz del
silencio circundante, acallada momentáneamente por uno que otro inoportuno,
recobra la paz y el sosiego arrebatado por los fantasmas de mis pensamientos.
Sombras que me
acechan aún en las horas muertas del día
Hasta atraparme en
las garras de la noche y soltarme al amanecer
Para luego devorarme
de nuevo una y otra vez
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