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Llega la noche
y con ella
una Luna
azul pálido.
Luna llena de ciervo,
remanso
azul índigo.
Hebras de luz
azul eléctrico
acarician adormecidos pájaros
azul cobalto.
Persiste el silencio azuloso.
Las hojas,
azul de Prusia
tiemblan tenuemente
azul frío,
meciéndose en la brisa de verano
portadora de lágrimas
azul llanto,
azul expulsado del cielo,
que ornamentarán
las rosas silvestres
azul zafiro.
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