La Virgen dormida
María Velasco Rivera


Dejadla cuando sueña

que está dormida.

La reina de las flores

cual viento en lejanía

en lechos de azucenas

y silbos de alegría.

Con alas mariposa

y humildes yerberillas,

que trenzan querubines

grabadas en sus cintas

misterios a millares

dejó el alma transida,

El SI dijo a Gabriel

anuncio de aquél día,

gozosa gloria duele

y a Dios su seno inclina

notó atrás el silencio

que el cielo la servía,

y habló con toda el alma

pureza de alegría.

Dolor en el calvario

de angustia se vertía;

¿Qué han hecho de tu cuerpo

que llora el alma mía?

Las llagas de tus manos

son briznas de agonía.

¡Sagrado cuerpo inerte

desgarra en sí tu herida:

Al padre clamas fuerte 

y ofrécesle tu vida

que al pueblo pecador;

el Padre lo redima!

-¡Silencio y más silencio...

y entrego el alma mía!

El cielo está llorando

la pena de María

la Nueva Pascua llega

pasados los tres días.

¡Jesús al cielo sube

glorioso resucita,

y logra con su muerte

 a todos dar la vida !