El escultor acabó su obra
Gurpegui


 

El escultor acabó su obra,

se metió dentro,

queriendo inventar una nueva forma de arte;

queriendo darle vida,

en su obsesión por innovar.

 

Y dio resultado,

pero en lugar de imprimirle a la estatua

el alma del artista,

fue el artista el que fue invadido

por la sucia materia de su obra.

 

Y todos los poros de su piel

fueron llenándose del barro,

atravesando sus venas y,

al correr por su torrente sanguíneo,

quedó convertido en su propia Creación.

 

Y fue así como Dios murió.

 

Y yo, que todos los días trato de crear algo nuevo,

en mi obsesión por innovar,

me meto dentro de mi obra,

y de nuevo el milagro se repite:

Mi creación me absorbe,

me contamina

y, por último, me destruye.

 

Por eso, cada vez que algo dejo en el mundo,

algo menos de mí queda.

 

Gurpegui