Equivocaciones y valentías
Gurpegui


En alguna ocasión he sido muy valiente

por un no sé qué,

por dejar de estar en calma

o por no darte la razón.

Vivo orgullosa en mi cobardía diaria,

más que orgullosa: escondida.

Lo dejo todo por un instante eterno,

por ver mi sonrisa reflejada en tus ojos,

por verte cantar de alegría.

Y luego me digo que todo ha sido un espejismo,

que vivo sola desde siempre

y que no existe un alma amiga.

Y desconfío de la noche, de la suerte

a la que siempre adoré,

de mis ojos ciegos de no ver nunca nada,

de mis manos que no han tocado tu piel.

Pero vivo, yo vivo ese instante eterno

aunque tú, no lo sé.

Y veo en tus ojos mi sonrisa,

aunque creo que tú no la ves.

Y no te oigo, no te oigo cantar

ni de alegría ni de nada

pero yo escucho tu corazón palpitar.

Me he vuelto a equivocar: era el mío.