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Cuando te
asomas clavel al rosal de
sus mejillas, amplio rubor
en su boca dejan tus
pétalos lila. Allegando
entre su pecho perfume a
clavel la niña, de la rosada
pureza el viento
lleva la brisa ¡Qué
presursa transluce, siempre que
el alba la aviva la pureza de
su frente, la seda de
sus mejillas! Cíñete
clavel al pelo, báñale
púrpura y tinta, al pálido
azul y nieve del cuello
de su camisa. Mira clavel
qué risueña y la cara...
qué encendida; que al sol
le ha robado el oro de sus
cabellos la cinta . ¿Dónde mejor
que en su pelo puede
lucirte la niña? Clavel,
préndete en sus rizos. ¡Tu flama la
hace divina ! |
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