El pedestal imaginario
Melissa Ardan Rojas


XXXVIII

 

Y cae el amor un dia,

de su pedestal imaginario

ése que le levantó

el corazón enamorado

el más ingenuo de los sueños

tan vulnerable y pasajero

como un tren de velocidad

de los que solo sientes

el viento cuando pasa.

De pronto cae como una piedra

Rueda cuesta abajo por una ladera

Y cae, rueda, da vueltas, tropieza,

salta, golpea, se rompe,

va dejando los sueños

por el camino,

hasta dar de bruces en el mar.

¿Como levantaremos entonces

el ánimo del amor despedazado?

¿Habrá que recoger sus restos

en las cuatro esquinas del mundo?

Veremos

si algo queda de su sombra,

de su infinita esencia,

algo de su ternura.