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Roja desnuda en la cama de agosto y dolorida por la piel te miraba. Dormías roja de silencio, yo diablo te iluminaba como linterna con ojos de deseo, no escuchaba nada sólo tu respiración. Quería sentirte in puris naturalibus mas qué diría tu piel, era un diablo, maldije al sol por no amarte ese día. |
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