Insolación
María José Mures




Roja desnuda

en la cama de agosto

y dolorida por la piel

te miraba.

 

Dormías roja de silencio,

yo diablo

te iluminaba como linterna

con ojos de deseo,

no escuchaba nada

sólo tu respiración.

 

Quería sentirte

in puris naturalibus

mas qué diría tu piel,

era un diablo,

maldije al sol

por no amarte ese día.