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En la noche me deshago me vuelvo
humana salvajemente no sé
qué azar reaparece cuando sin buscarte
llegas justo en
éxtasis mudo. Es mía la mano de mi pecho es mía
la de mi sexo es la fuerza
que se inculca y se encuentra
en una espiral con sentido destensando mis
preocupaciones y agotando
todo en una tensión. Tu mejilla en mi vientre cuando
inspiras y quedo sin
aliento, desnuda. |
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