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Luz de luna no encandilas. Constante, luna, te muestras en ritmos que son rutina y te entregas con mesura luz de la luna nuestra, luz de la dama luna. Luz de luna luz prestada que por la noche iluminas lo que revela de día la luz del sol que levanta. Luz de luna, la que encanta con sutil gracia de hada a quienes lo tienen todo y a quienes sí tienen nada. Luz de luna, Luna-dama, posas fría mientras te entregas, no obstante, como una luz diamantina encendida por el sol, y despiertas al amante que hasta el momento dormía con palabras, una a una, que entibian el corazón. Luz de luna, la que encanta con sutil gracia de hada, a quienes lo tienen todo y a quienes sí tienen nada. Luz de luna, blanca luz y blancos rayos. A las almas les recuerdas que su origen no es el barro y de cada navegante eres el faro que guía. Por donde va el caminante con tu luz no se desvía y, a los ojos del artista, velo de luz sugestiva para vestir los dolores que expone la luz del día. Luz de luna, la que encanta con sutil gracia de hada, a quienes lo tienen todo… a quienes sí tienen nada. |
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