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Sopla un aire
melancólico. Un rehilete de fuego
cruza el vitral., ilumina una pared de ladrillos, rojos y carcomidos. Una planta trepa hacia
la luz. Un remolino de tierras y
hojas, anuncia la promesa del agua. Aspiro el olor a tierra
mojada. Las lluvias de mayo, alegran las raíces y despiertan jardines de flores dormidas. A lo lejos, se unen vuelos errantes de cansados pájaros que brotan de aquí y allá. Un ping pong visual. Figuras contra el
viento. Cantos inciertos, una lenta tristeza crece, aferrada y punzante. Cayó el silencio. ¡Qué
maravilla! Un delicado equilibrio a punto de romperse, por los grises que vetean el cielo. |
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