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Sólo
ayer te conocí y me ilusioné. Hoy,
sólo queda el desencanto, amor fugaz con besos tiernos que volaron sin futuro; abrazos de amor que creímos eternos y se evaporaron sin nada para el recuerdo; casi no vivimos las palabras tiernas pronunciadas entre beso y beso. Hablaron
más las caricias y los labios amarrados en un beso voraz propiciador del incendio de pasión que se detuvo en el tiempo de una tarde. Nada
más que unas horas. No
me preguntes que pasó y yo no te pregunto. Hoy
somos dos seres que se conocen - ni siquiera podemos decir que
amigos- que conjugaron el verbo amar con los cinco sentidos. Mañana,
es posible, quedará el recuerdo de dos cuerpos saciados y estos versos. |
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