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Te he soñado, Te he visto caminar en mis noches de ensueño, Te he visto a la luz de las velas Donde tus manos y las mías Forman figuras de sombras. Te he visto jugar con las finas líneas de mi cuerpo Y caminar sobre ellas con tus dedos Cuan si fuesen misteriosos caminos. Te he visto, hombre de mis sueños, Te he acariciado, y mis caricias Se han extendido a lo largo de tu cuerpo que es vacio, Sobre tus labios ausentes, Y en tus ojos que no me miran he encontrado mi alma solitaria
tratando de hallarte. Me he visto mirando hacia la oscuridad Y te he perdido, He cerrado los ojos y te he encontrado, Y aunque no pueda oírte pronunciar palabras y aunque no puedas
tocarme, Escucho tu susurro que llega a mi traído por el viento Y se posa leve sobre mi pecho. Te he visto marcharte con el último rayo de sol que me da el
atardecer, Y te he observado nacer con el primer rayo de luz Que me regala el día. Te he soñado, Desconocido y conocido
visitante de mis noches Y enigmático entre mis pasiones. En mis sueños te veo, Y te desnudo, y te acaricio, se rozan nuestros cuerpos Y en aquel bello momento tan
solo es necesario el deseo Y la música de tu respiración. Un día, en que nuestros cuerpos se encuentren, En que no hagan falta más sueños, En que yo pueda apreciar el brillo de tus ojos Y tú puedas alcanzar mi mano, Y nuestras entidades se estrechen, Nuestros deseos desembocaran
en una isla de placeres Ajenos a otros mundos, a otros planetas. Nuestros cuerpos formaran una sola sombra, Nos elevaremos y danzaremos alrededor de la luna Manchada de rojo por el vino que nos embriaga, Y sentiremos el éxtasis de los sueños Y tal vez al fin te encuentre En cada gota de mi ser Oh!, hombre de mis sueños. |
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