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Anoche… por fin, nos dijimos adiós … ya no quedaba nada. Sin embargo, durante años, fingimos el amor que no sentíamos por conveniencia. Nada queda. El poco afecto ya pasó al olvido; las horas de pasión desenfrenada son un recuerdo que pronto pasará con la ayuda de otros brazos Y otros besos Y otros cuerpos Y otras bocas que pronuncien las palabras de amor tan repetidas siempre entre enamorados… Quedan los versos que una vez brotaron por la emoción del instante. Las fotos, todas, en mil pedazos volaron con el viento de la tarde hacia un nuevo amanecer sin nombres. Al nacer el día cada uno tomó su rumbo incierto Sin un abrazo… ni un beso. No hicimos promesas ni reproches y las cenizas del amor de ayer se esparcieron con los minutos del último adiós… Hasta el infinito. |
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