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A quienes llegaron a hurtar mi paz para usarla de trofeo, quienes mancillaron mis principios portándolos como medallas de oro, a quienes con conocimiento de causa fracturaron mi corazón jugando sucio, a quienes no merecen este instante de mi pensamiento, pues como ladrones entraron en mi vida. A ellos: les ofrezco una copa de hiel y un cuadro de honor en la antesala del infierno. |
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