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Bella y triste maquillada o al natural, vestida de rojo o de negro; soltando carcajadas o dejando caer el llanto como pesadas nubes que suspiran penas. Esta Bogotá
que desconozco y por eso amo viene siendo el yugo diario que me traga cada noche y me escupe muy temprano para seguir vagando sin rumbo por sus calles con los nombres de mis pasos: de la angustia de la fatiga de la esperanza del pecado ( mi favorita). Namid Amador (Agosto
7 de 2.009) |
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