Adiós recuerdos infantiles
Edgar Tarazona Angel




Rememoro días lejanos

En el pueblo de mi niñez

Y encuentro retazos olvidados a ratos

De vivencias: tiernas algunas

Y amargas las más, al lado de mi abuelita

Mi tía abuela y la señora del servicio.

Ellas tres, por varios años,

Se encargaron de cuidar mis males de niño

Y me malcriaron… pero nunca lograron

Solucionar mi soledad de esos años.

Mis noches asmáticas fueron eternas

Entre ahogos de pesadilla y ojos desorbitados

Esperando el aliento de la muerte.

Ellas lloraban, en especial mi abuela, como si el raudal de llanto

Abriera los conductos respiratorios. Todo es pasado,

Los pocos amigos de mi infancia se perdieron

En los laberintos de la vida;

De algunos jamás supe

Otros murieron a lo largo de las décadas

Y dos o tres conservan el vínculo de niños.

El colegio parroquial que fundó el cura Peña

Con unos pocos niños del poblado

Se transformó, por obra del gobierno

En otra cosa más grande y menos familiar…

Y eficiente en educación; eso dicen.

Por esto y otras razones ya no pienso regresar al pueblo donde crecí.

La última vez no encontré a nadie

Que encajara en el puzle de mis añoranzas;

Otras calles, otras caras,

Otras personas en otras casas

Remplazaron las imágenes de mis sueños.

Es otro pueblo con gente diferente…

Desde la altura del cerro tutelar

Le dije adiós para siempre

A la aldea de mis recuerdos.

 

Edgar Tarazona Angel