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Una algarabía de colores rompe con el negro de las nubes nocturnas. El monte amanece herido. Brota de él un humo azulado, señales de fuego apocalíptico. Batahola de extinción. La tierra de dolor preñada. Las aves huyen, no es el invierno que las aleja. Hay exilio de aromas florales, se oscurece el verde de la esperanza. |
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