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He caminado el Sur, el de los lagos, copihues y araucarias. Deseando llegar a Chiloé puse proa rumbo a tierra de chilotas las chelles sobrevolaban al paso de mi navío mientras los tiernos delfines con sus brincos decoraban su elegante navegar. Salvado fui del Calenche y rezando no encontrar a la divina Picoya que no me fuera a atacar.
Ya al divisar palafitos con sus múltiples
colores emocionado arribé a isla Grande de Chiloé. He admirado sus iglesias, orgullo de los chilotas hoy patrimonio mundial, regalo a la humanidad. He penetrado en el bosque, en toda su inmensidad a pesar de no ser dama del Trauco y su enorme hacha alerta tuve que
estar. Un viento más que enojado mi dalca chilota ayudó a cruzar el gran Chacao y a los lagos regresar Hermosa tierra chilena, un Llanquihue majestuoso de un azul sin parangón, sirve de espejo al Osorno que se mira con pasión. Belleza y nostalgia unidas de haber
caminado el Sur Tierras del pueblo veliche una cultura ancestral. del hermoso Chiloé un tesoro que brilla al centro del Mar Austral. |
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