El tesoro de Chiloé
Washington Daniel Gorosito Pérez



He caminado el Sur,

el de los lagos, copihues y araucarias.

Deseando llegar a Chiloé

puse proa rumbo a tierra de chilotas

las chelles sobrevolaban al paso de mi navío

mientras los tiernos delfines

con sus brincos decoraban su elegante navegar.

Salvado fui del Calenche

y rezando no encontrar a la divina Picoya

que no me fuera a atacar.

Ya al divisar palafitos con sus múltiples colores

emocionado arribé a isla Grande de Chiloé.

He admirado sus iglesias,

orgullo de los chilotas

hoy patrimonio mundial, regalo a la humanidad.

He penetrado en el bosque,

en toda su inmensidad

a pesar de no ser dama

del Trauco y su enorme hacha alerta tuve que estar.

Un viento más que enojado

mi dalca chilota ayudó

a cruzar el gran Chacao

y a los lagos regresar

Hermosa tierra chilena,

un Llanquihue majestuoso

de un azul sin parangón,

sirve de espejo al Osorno que se mira con pasión.

Belleza y nostalgia unidas de haber caminado el Sur

Tierras del pueblo veliche una cultura ancestral.

del hermoso Chiloé un tesoro que brilla al centro del Mar Austral.