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La voz se traga las palabras, retumba un grito agonizante. Sopla el viento de la muerte. Mientras, los viejos dioses dormitan a pesar de la fiesta del grillerío. Nervios ocultos bajo la piel urbana, el moho cubre un pueblo entero. Las tumbas las lava el aguacero. Gotas de lluvia extraviadas, rimando mil tormentas en versos acuosos. El dolor corre por las mejillas. Mictlantecuhtli tiene mucho trabajo, los periódicos nos venden mentiras en un país que vive sin ojos. |
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