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Qué hermoso el bosque cuando brilla la luna, cuando cantan los
grillos y la luz se refleja en las hojas y copas de los
árboles... También el alma del hombre está poblada de
cantos del corazón sonidos que asemejan
las voces de las aras, hay por allí mas de un mono aulladores, pero también hay
brisa fresca de la tarde y olor a gardenias otras se muestra el
alma tan quieta y tan silente, como el espejo de un
lago, donde salta algún pescado y pasa volando por
allí alguna garza.. Se podría jurar que hasta se escucha como se rompe
una rama. A mí, me gustaba escuchar el sonido del viento cuando hacia sonar las ramas del cocotero. Habian
tórtolas y mariposas que
jugaban con las flores, por la mañana. Así, como los seres que pueblan este bosque y no he de negarlo
con gusto me escondería como
una ardilla o un venado que busca de un
hermoso lugar para guardecerme. Me gusta el trópico, porque los olores de fruta circunda el aire. Asi, en el alma los
recuerdos yacen en el camino yo trato de
cuidarlos y de no romperlos, de no quebrarlos,
de no perderlos. Los sentimientos son como todos esos sonidos, de seres que
sorprenden y al emitir sus voces y pueden ser sin
duda alentadores, siento una tristeza
que viene en camino, parece aire de agua
que avisa que la lluvia esta cerca. ¿Que hacer entonces con
las ilusiones? ¿con los sueños? los arrebataría de
mí un ciclón repentino y se llevaría mis
hermosos recuerdos y caerían éstos como hojas en un
riachuelo o tal vez vuelen hasta la playa para que un cangrejo
las encuentre... y se los lleve a una sirena... |
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