Homenaje en el día internacional de la mujer
María Velasco Rivera


Es la mujer del dos mil,

como la luna de noche,

tras  las nubes eclipsada, 

quiere desvelarse al hombre

no, como el ama de casa

ejerciendo sus labores,

sino, como el sol luciendo,

tras algunos nubarrones.

La igualdad está cercana,

semejante a la del hombre.

Ayer, pasó turbio espejo

frente aquel destino ocre,

hoy, ya rompe encrucijadas

con mano más firme y noble.

En trabajo y en cultura

está subiendo escalones,

sumando a la inteligencia,

cualidades y buen porte

y logrando día a día

las metas que se propone.

En puestos de relevancia

aún, no existe un derroche,

y hasta alcanzar el nivel

que ahora  encumbra al hombre;

su lucha por la igualdad

no cesará día y noche.

Sopesa sus potenciales

y corrige sus errores

sacando lo positivo

tras la mirada que esconde,

La mujer es una joya

que engarzada en un buen broche,

brilla como las estrellas

reflejadas en las flores.

Y... en algo muy importante

la alcanzará nunca el hombre:

Don de la maternidad

privilegiada cual orbe:

¡Dios con la mujer creando, 

en la tierra, vida y hombre!                         

 

María Velasco Rivera  9-3 2001